Pero quítale sus riquezas, ¡y ya verás cómo te maldice en tu propia cara!
Lucas 8:31 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Estos le suplicaban que no los mandara al abismo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y le rogaban que no los mandase ir al abismo. Biblia Nueva Traducción Viviente Los demonios seguían suplicándole a Jesús que no los enviara al abismo sin fondo. Biblia Católica (Latinoamericana) y rogaban a Jesús que no les ordenara volver al abismo. La Biblia Textual 3a Edicion Y le rogaban que no les mandara ir al abismo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y le rogaban que no les mandara irse al abismo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le rogaban que no les mandase ir al abismo. |
Pero quítale sus riquezas, ¡y ya verás cómo te maldice en tu propia cara!
»Entonces me volveré a los de la izquierda y les diré: “¡Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus demonios.
Cuando vio a Jesús, lanzó un grito y cayó de rodillas ante él. Entonces dijo a gran voz: ―¿Qué quieres conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te ruego que no me atormentes!
Como había en la colina muchos cerdos comiendo, los demonios le rogaron a Jesús que los dejara entrar en ellos. Y él les dio permiso.
ni tienes que decir: “¿quién bajará al abismo?” (para retornar a Cristo a la vida)».
Cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia que surge del abismo les declarará la guerra, los vencerá y los matará.
Esa bestia antes vivía, pero ahora no. Sin embargo, pronto surgirá del abismo y marchará hacia su destrucción. Los moradores de la tierra que no tienen su nombre escrito en el libro de la vida desde la creación del mundo, se pasmarán de asombro al verla aparecer después de muerta.
Y la bestia cayó presa, y con ella el falso profeta que podía realizar milagros en presencia de la bestia. Con esos milagros había engañado a los que aceptaron la marca de la bestia y adoraron su imagen. Los dos fueron arrojados vivos en el lago de fuego que arde con azufre.
Y eran súbditos del ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón y en griego, Apolión.