Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Lucas 4:32 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Los que lo oían se sorprendían de sus enseñanzas, porque hablaba con autoridad.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Allí también la gente quedó asombrada de su enseñanza, porque hablaba con autoridad.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

y su enseñanza hacía gran impacto sobre la gente, porque hablaba con autoridad.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.°

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

y se quedaban atónitos de su manera de enseñar, porque su palabra estaba revestida de autoridad.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y se maravillaban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Lucas 4:32
15 Tagairtí Cros  

La gente quedó maravillada de su enseñanza, porque Jesús hablaba con autoridad, y no como los maestros de la ley.


Todos los que lo oían se quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas.


En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por un espíritu malo que le gritó con todas sus fuerzas:


Todos estaban muy asustados y se decían unos a otros: ―¿Qué tienen sus palabras? Con autoridad y poder les ordena a los espíritus malos que salgan, y salen.


El Espíritu es el que da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que yo les he dicho son espíritu y vida.


Los guardias contestaron: ―¡Nadie ha hablado nunca como ese hombre!


No engañamos a nadie, ni cambiamos la palabra de Dios. No tenemos de qué avergonzarnos, ni hacemos maldades a escondidas. Al contrario, delante de Dios hablamos y proclamamos la verdad ante todas las personas.


Esto lo sabemos porque cuando les anunciamos el evangelio, les llegó no sólo con palabras sino también con el poder del Espíritu Santo y con una gran seguridad. Ustedes saben que cuando estuvimos entre ustedes buscamos sólo su bien.


Esto es lo que tienes que enseñar. Exhorta y reprende con plena autoridad. ¡No permitas que nadie reste importancia a tus palabras!