Lo que quieres es un espíritu quebrantado. Al corazón quebrantado y contrito, Dios, no lo despreciarás tú.
Levítico 9:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 A continuación quemó sobre el altar la grasa, los riñones y el hígado de la ofrenda por sus pecados, de acuerdo con las órdenes dadas por el Señor a Moisés, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 E hizo arder sobre el altar la grosura con los riñones y la grosura del hígado de la expiación, como Jehová lo había mandado a Moisés. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego quemó sobre el altar la grasa, los riñones y el lóbulo largo del hígado de la ofrenda por el pecado, tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Biblia Católica (Latinoamericana) Quemó luego la grasa sobre el altar junto con los riñones y la telilla del hígado de la víctima por el pecado, como Yavé había mandado a Moisés, La Biblia Textual 3a Edicion Después hizo quemar sobre el altar la grasa, los riñones y la grasa del hígado de la ofrenda por el pecado, tal como YHVH había ordenado a Moisés, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quemó en el altar la grasa, los riñones y el lóbulo del hígado de la víctima de expiación, como lo había mandado Yahveh a Moisés. Biblia Reina Valera Gómez (2023) E hizo arder sobre el altar la grosura y los riñones y el redaño del hígado de la expiación, como Jehová lo había mandado a Moisés. |
Lo que quieres es un espíritu quebrantado. Al corazón quebrantado y contrito, Dios, no lo despreciarás tú.
Tomarás toda la grasa que cubre los intestinos y el hígado, así como los dos riñones y la grasa que hay sobre ellos, y los quemarás sobre el altar.
Hijo mío, dame tu corazón y que tus ojos se deleiten en mis caminos de sabiduría.
Sin embargo, fue Dios mismo el que decidió humillarlo y hacerlo sufrir hasta la agonía. Pero el siervo ofreció su vida en sacrificio por nuestros pecados. Por eso, tendrá una larga vida y llegará a ver sus descendientes. Todos los planes de Dios se harán realidad por medio de sus manos.
El que es alto y excelso y habita la eternidad, aquel cuyo nombre es santo, dice así: Yo moro en aquel elevado y santo sitio, pero también estoy donde habitan los pobres y los afligidos, y a ellos les doy ánimo y aliento.
Mis manos hicieron la tierra y el cielo, los cuales son míos. Pero siento inclinación por el hombre de corazón humilde y contrito, que tiene reverencia ante mi palabra.
Sus hijos le llevaron la sangre, y él mojó el dedo en ella y la untó sobre los cuernos del altar, y derramó el resto al pie del altar.