Jueces 4:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 y tenía novecientos carros de hierro. Durante veinte años hizo que la vida fuera insoportable para los israelitas. Finalmente, Israel rogó a Dios que le diera ayuda. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquel tenía novecientos carros herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte años. Biblia Nueva Traducción Viviente Sísara, quien tenía novecientos carros de guerra hechos de hierro, oprimió a los israelitas sin piedad durante veinte años, hasta que el pueblo de Israel clamó al Señor por ayuda. Biblia Católica (Latinoamericana) Los israelitas clamaron a Yavé, porque Yabín tenía novecientos carros de hierro y oprimía duramente a los israelitas hacía veinte años. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces los hijos de Israel clamaron a YHVH, porque aquél tenía novecientos carros de hierro, y durante veinte años había oprimido con crueldad a los hijos de Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los israelitas clamaron a Yahveh, pues Yabín tenía novecientos carros de hierro y había ejercido una dura opresión sobre los israelitas durante veinte años. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquél tenía novecientos carros herrados; y había afligido en gran manera a los hijos de Israel por veinte años. |
Confía en mí en tus tribulaciones para que yo te libre y puedas darme la gloria.
Si Dios los castigaba, entonces lo buscaban, se arrepentían y volvían a Dios.
Pasaron muchos años, y murió el faraón. Los israelitas, sin embargo, gemían bajo su pesada carga, profundamente atribulados por la esclavitud, y lloraban amargamente delante de Dios. Dios oyó su lamento desde los cielos y
Andarás a tientas al mediodía, de la manera que un ciego anda en la oscuridad. No prosperarás en nada de lo que hagas, serás oprimido y despojado continuamente, y nada podrá salvarte.
Una nación extranjera de la cual ni siquiera has oído se comerá las cosechas que con tanto trabajo cultivaste. Estarás siempre oprimido y explotado.
―Sí —dijeron las tribus de José—, porque los cananeos de las tierras bajas que rodean a Betseán y del valle de Jezrel tienen carros de hierro y son demasiado fuertes para nosotros.
El Señor ayudó a la tribu de Judá a expulsar a los habitantes de la región montañosa, pero no pudieron conquistar a los del valle, porque estos tenían carros de hierro.
Pero al fin, los israelitas se volvieron al Señor nuevamente y le pidieron que los salvara. ―Hemos pecado contra ti y te hemos dejado y hemos adorado ídolos —confesaron.
Entonces destruyeron todos los dioses extranjeros y adoraron solamente al Señor. Y el Señor se compadeció de su dolor.
Pero cuando clamaron al Señor, él les envió un salvador, Aod, hijo de Guerá, un benjaminita, que era zurdo. Aod fue el hombre escogido para llevar el tributo anual a la capital moabita.
Pero cuando Israel clamó al Señor, él hizo que el sobrino de Caleb, Otoniel, hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb, lo salvara.
marchó con todo su ejército, incluyendo novecientos carros de hierro, y marchó desde Jaroset Goyin hasta el arroyo Quisón.
El caudillo que gobernaba a Israel en aquel tiempo fue Débora, una profetisa, esposa de Lapidot.
Cuando Israel buscó nuevos dioses, todo se desplomó, nuestros amos no nos dejaban tener ni escudo ni espada; entre los cuarenta mil valientes de Israel ni un arma podía ser hallada.
Como resultado, Israel quedó reducido a una gran pobreza, y por fin el pueblo de Israel comenzó a clamar al Señor pidiendo ayuda.