Fueron luego a Jericó. Poco después, Jesús salió de allí con sus discípulos y con mucha gente de la ciudad. Sentado junto al camino estaba un pordiosero ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo.
Juan 9:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Sus vecinos y los que antes lo habían visto pedir limosna decían: «¿No es este el que se sienta a pedir limosna?». Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es este el que se sentaba y mendigaba? Biblia Nueva Traducción Viviente Sus vecinos y otros que lo conocían como un pordiosero ciego se preguntaban: «¿No es ese el hombre que solía sentarse a mendigar?». Biblia Católica (Latinoamericana) Sus vecinos y los que lo habían visto pidiendo limosna, decían: '¿No es éste el que se sentaba aquí y pedía limosna?' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces los vecinos y los que antes lo veían como mendigo,° decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los vecinos y los que de antes lo conocían, pues era un mendigo, decían: '¿No es éste el que estaba sentado pidiendo limosna?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es este el que se sentaba y mendigaba? |
Fueron luego a Jericó. Poco después, Jesús salió de allí con sus discípulos y con mucha gente de la ciudad. Sentado junto al camino estaba un pordiosero ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo.
Sus vecinos y familiares se llenaron de alegría al enterarse de que el Señor había sido misericordioso.
Cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino pidiendo limosna.
Unos decían: «Sí, es él». Otros decían: «No, no es él, sólo se parece a él». Pero él decía: «Sí, yo soy».
Al llegar ambas a Belén, el pueblo se conmovió. ―¿Es realmente Noemí? —preguntaban las mujeres.
Él levanta al pobre desde el polvo, desde el montón de cenizas, y lo sienta entre los príncipes ubicándolo en un lugar de honor. »Porque el Señor tiene dominio sobre la tierra.
Pero los funcionarios de Aquis no estaban contentos con la presencia de David allí. ―¿No es este el caudillo de Israel? ¿No es este del que la gente canta y danza diciendo: “Saúl mató a sus miles y David a sus diez miles?”.