Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Juan 9:21 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero no sabemos cómo ahora puede ver ni quién le dio la vista. Pregúntenselo a él, pues ya es mayor de edad y puede responder por sí mismo.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

pero no sabemos cómo es que ahora puede ver ni quién lo sanó. Pregúntenselo a él; ya tiene edad para hablar por sí mismo.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos, y quién le abrió los ojos, tampoco. Pregúntenle a él, que es adulto y puede responder de sí mismo.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

pero cómo ve ahora, no lo sabemos; o quién le restauró los ojos, no lo sabemos. Preguntadle, edad tiene, él hablará por sí mismo.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero cómo ahora ve, no lo sabemos, o quién le abrió los ojos, nosotros no lo sabemos. Preguntádselo a él: ya tiene edad; él dará razón de sí'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros no lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Juan 9:21
7 Tagairtí Cros  

Entre la gente había una mujer que estaba enferma desde hacía doce años. Tenía derrames de sangre y nadie había podido sanarla, a pesar de haber gastado cuanto tenía en médicos.


Entre ellos había un hombre inválido que llevaba enfermo treinta y ocho años.


Le preguntaron: ―¿Cómo se te abrieron los ojos?


Los padres contestaron: ―Sabemos que es nuestro hijo y que nació ciego.


Sus padres contestaron así porque tenían miedo de los judíos, pues estos se habían puesto de acuerdo para expulsar de la sinagoga a todo el que reconociera que Jesús era el Cristo.


Allí conoció a un tal Eneas, paralítico que hacía ocho años estaba en cama.