No he rechazado sus mandamientos, sino que en ellos me he deleitado más que en mi alimento de cada día.
Juan 4:32 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Él les dijo: ―Yo tengo una comida que ustedes no conocen. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús les respondió: —Yo tengo una clase de alimento que ustedes no conocen. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero él les contestó: 'El alimento que debo comer, ustedes no lo conocen. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Él les dijo: Yo tengo una comida para comer, que vosotros no sabéis.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero él les contestó: 'Yo tengo para comer un alimento que vosotros no conocéis'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. |
No he rechazado sus mandamientos, sino que en ellos me he deleitado más que en mi alimento de cada día.
Qué dulces son tus palabras a mi paladar; son más dulces que la miel.
Ser amigo tuyo, oh Dios, es privilegio de quienes te honran. Sólo con ellos compartes los secretos de tu pacto.
Tú dejas mi alma más satisfecha que un delicioso banquete; te alabarán mis labios con gran júbilo.
Cada corazón conoce su propia amargura, y ningún extraño puede compartir su alegría.
El hombre se llena con el fruto de su boca, y se sacia con lo que habla.
Y después de tanto sufrimiento comprenderá por qué fue necesaria su obediencia y su intercesión. Porque fue mediante su sufrimiento y por haber llevado sobre sí el pecado de muchos que mi siervo hará que ellos sean declarados inocentes y aceptados por Dios. Por lo tanto, yo le daré como premio toda la honra y todo poder.
Son tus palabras las que me dan ánimo y consuelo; ellas son como alimento para mi vida desesperada, traen alegría a mi corazón triste y me deleitan. ¡Qué orgulloso estoy de contribuir para que tu nombre se vuelva más famoso, oh Señor de los ejércitos!
Jesús les explicó: ―Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y terminar el trabajo que me dio.
Y les fui un ejemplo constante de cómo se debe ayudar a los pobres y recordar las palabras del Señor Jesús que dicen: “Hay más dicha en dar que en recibir”».
El que tenga oídos, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias: El que salga vencedor comerá del maná escondido, y le daré una piedra blanca en la que habré grabado un nuevo nombre que sólo conoce el que lo recibe.