Muchos dicen que tú, Señor, jamás nos auxiliarás. Haz que la luz de tu rostro resplandezca sobre nosotros.
Juan 4:15 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 La mujer le dijo: ―Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni tenga que venir aquí a sacarla. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. Biblia Nueva Traducción Viviente —Por favor, señor —le dijo la mujer—, ¡deme de esa agua! Así nunca más volveré a tener sed y no tendré que venir aquí a sacar agua. Biblia Católica (Latinoamericana) La mujer le dijo: 'Señor, dame de esa agua, y así ya no sufriré la sed ni tendré que volver aquí a sacar agua. La Biblia Textual 3a Edicion Le dice la mujer: Señor, dame esa agua, para que no tenga sed ni venga aquí a sacar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dícele la mujer: 'Señor, dame de ese agua, para que yo no sienta ya más sed, ni tenga que venir aquí a sacarla'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que yo no tenga sed, ni venga acá a sacarla. |
Muchos dicen que tú, Señor, jamás nos auxiliarás. Haz que la luz de tu rostro resplandezca sobre nosotros.
Jesús les respondió: ―La verdad es que ustedes me buscan, no porque han visto señales milagrosas sino porque comieron hasta llenarse.
Jesús les dijo: ―Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre, y el que cree en mí no volverá a tener sed.
Porque si bien la paga del pecado es muerte, el regalo que nos da Dios es vida eterna a través de Jesucristo nuestro Señor.
Los que se dejan dominar por su naturaleza pecaminosa viven sólo para complacer sus deseos; pero los que viven de acuerdo con el Espíritu, se preocupan de las cosas del Espíritu.
El que no tiene el Espíritu no puede aceptar lo que viene del Espíritu de Dios, pues le parece una locura. No lo puede entender, porque hay que discernirlo con la ayuda del Espíritu.
Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propios placeres.
pero sabemos que Cristo, el Hijo de Dios, vino a ayudarnos a hallar y entender al Dios verdadero. Ahora estamos en Dios, porque estamos en su Hijo Jesucristo, que es también Dios verdadero y la vida eterna.