Luego llegaron a salvo a Siquén, en Canaán, y acamparon fuera de la ciudad.
Juan 3:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Juan también bautizaba en Enón, cerca de Salín. Allí había mucha agua y la gente iba para que la bautizara. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados. Biblia Nueva Traducción Viviente En ese tiempo, Juan el Bautista bautizaba en Enón, cerca de Salim, porque allí había mucha agua; y la gente iba a él para ser bautizada. Biblia Católica (Latinoamericana) Juan también estaba bautizando en Ainón, cerca de Salín, porque allí había mucha agua; la gente venía y se hacía bautizar. La Biblia Textual 3a Edicion También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salim, pues había allí muchas aguas, y acudían, y eran bautizados, Biblia Serafín de Ausejo 1975 También Juan seguía bautizando en Enón, cerca de Salín, porque había allí aguas abundantes y la gente acudía para bautizarse; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y también Juan bautizaba en Enón, junto a Salim, porque allí había mucha agua; y venían, y eran bautizados. |
Luego llegaron a salvo a Siquén, en Canaán, y acamparon fuera de la ciudad.
¡Oh puerto lleno de riquezas, gran centro mercantil, ya te llegó tu hora, hoy se rompe el hilo del que pende tu vida!
»¡Tu madre fue como una vid plantada al lado de un canal de riego, vigorosa de follaje verde por la abundancia de agua!
Y de repente la presencia majestuosa del Dios de Israel apareció del lado oriente. El sonido de su venida era como el estrépito de caudalosas aguas y todo el horizonte resplandeció con su presencia majestuosa.
Muchos iban a Juan para que los bautizara, y él les decía: ―¡Crías de víboras! ¿Quién les dijo que van a escaparse del castigo que se acerca?
Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a la región de Judea. Allí estuvo algún tiempo con ellos bautizando.
Sus pies parecían como bronce al rojo vivo en un horno, y su voz retumbaba tan fuerte como una catarata.
Y oí en el cielo algo semejante al estrépito de una catarata inmensa o el retumbar de un gran trueno; era como el canto de un coro acompañado con arpas.
Entonces escuché algo así como las voces de una gran multitud o el estruendo de una catarata, o como el retumbar de grandes truenos. Y aquella voz gritaba: «¡Alabado sea Dios! ¡El Señor, nuestro Dios Todopoderoso, reina!
Recorrieron la región montañosa de Efraín, la tierra de Salisá, el área de Salín y toda la tierra de Benjamín, pero no las pudieron encontrar en ningún lugar.