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Juan 21:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Jesús volvió a preguntarle: ―Simón, hijo de Juan, ¿me amas? ―Si, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: ―Cuida de mis ovejas.

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Biblia Reina Valera 1960

Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús repitió la pregunta: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas? —Sí, Señor —dijo Pedro—, tú sabes que te quiero. —Entonces, cuida de mis ovejas —dijo Jesús.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Le preguntó por segunda vez: 'Simón, hijo de Juan, ¿me amas?' Pedro volvió a contestar: 'Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: 'Cuida de mis ovejas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

De nuevo le dice por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Le dice: Sí, Señor, Tú sabes que te quiero. Le dice: Pastorea mis ovejitas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Vuelve a preguntarle por segunda vez: 'Simón, hijo de Juan, ¿me amas?'. Le responde: 'Sí, Señor; tú sabes que te quiero'. Él le contesta: 'Sé pastor de mis ovejas'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Vuelve a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Apacienta mis ovejas.

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Juan 21:16
18 Tagairtí Cros  

Reconozcan que el Señor es Dios; él nos hizo, y somos suyos. Somos su pueblo y ovejas de su prado.


porque él es nuestro Dios. Nosotros somos el pueblo al que él vigila, ovejas de su rebaño a las que cuida. ¡Ah, que hoy escucharan ustedes su llamado y acudieran a él!


»El Señor Todopoderoso exclama: ¡Mi espada será lanzada contra mi pastor, contra aquel que había hecho mi compañero de confianza! ¡Herido el pastor, entonces las ovejas se dispersarán! ¡Yo mismo me encargaré de matar a los corderitos!


»“Y tú, Belén, que estás en Judá, no eres la menos importante de Judá, porque de ti saldrá un caudillo que guiará a mi pueblo Israel”».


y las naciones se reunirán delante de mí. Y las separaré como el pastor separa las ovejas de los cabritos.


Esta vez, Pedro juró que no lo conocía y que ni siquiera había oído hablar de él.


En efecto, el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar a los que se habían perdido.


La portera le preguntó: ―¿No eres tú uno de los discípulos de ese hombre? Pedro contestó: ―No lo soy.


Mientras tanto, Simón Pedro seguía de pie, calentándose. Le preguntaron: ―¿No eres tú uno de sus discípulos? Pedro, negándolo, dijo: ―No lo soy.


Por tercera vez Jesús le preguntó: ―Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se puso triste de que Jesús le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?». Entonces le dijo: ―Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: ―Cuida de mis ovejas.


Por lo tanto, ¡cuídense y cuiden el rebaño! ¡Deben pastorear la iglesia que él compró con su sangre! ¡El Espíritu Santo les ha dado a ustedes la responsabilidad de cuidarla!


El Dios que da la paz levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, por medio de la sangre del pacto eterno.


Antes ustedes eran como ovejas descarriadas, pero ahora han regresado al Pastor que cuida de sus vidas.


que, como pastores, cuiden ustedes a las ovejas de Dios que están a su cargo. No lo hagan porque es su obligación ni por ambición de dinero, sino porque tienen el deseo de servir, como Dios quiere.


El Cordero que está en el trono los alimentará y, como pastor, los conducirá a las fuentes del agua de la vida. Y Dios les enjugará las lágrimas.