Y a nadie se le ocurre echar vino nuevo en odres viejos, porque los odres se romperían, y se perderían el vino y los odres. El vino nuevo se debe echar en odres nuevos, para que ambos se conserven.
Josué 9:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Estos odres para el vino eran nuevos, pero ahora están viejos y quebrajados. La ropa y las zandalias se han gastado a causa de nuestro largo y difícil viaje. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Estos cueros de vino también los llenamos nuevos; helos aquí ya rotos; también estos nuestros vestidos y nuestros zapatos están ya viejos a causa de lo muy largo del camino. Biblia Nueva Traducción Viviente Estos odres estaban nuevos cuando los llenamos, pero ahora están viejos y rotos. Y nuestra ropa y las sandalias que traemos puestas están desgastadas de tan largo viaje. Biblia Católica (Latinoamericana) Estos pellejos de vino eran nuevos cuando los llenamos, y ahora están rasgados. Nuestra ropa y nuestras sandalias están gastadas porque el viaje fue largo'. La Biblia Textual 3a Edicion Y estos odres de vino los llenamos nuevos, y helos aquí rotos, y nuestros vestidos y nuestro calzado desgastado por lo largo del camino. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Éstos son los odres de vino que llenamos: estaban nuevos, y vedlos ahora rotos; y éstos nuestros vestidos y nuestras sandalias, gastados por lo largo del camino'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Estos odres de vino también los llenamos nuevos; y helos aquí, ya están rotos; también estas nuestras vestiduras y nuestros zapatos están ya viejos a causa de lo muy largo del camino. |
Y a nadie se le ocurre echar vino nuevo en odres viejos, porque los odres se romperían, y se perderían el vino y los odres. El vino nuevo se debe echar en odres nuevos, para que ambos se conserven.
¿Y a quién se le ocurriría poner vino nuevo en odres viejos? El vino nuevo reventaría los odres y se perderían el vino y los odres. El vino nuevo se echa en odres nuevos.
Tampoco nadie echa vino nuevo en odres viejos. Si lo hace, el vino nuevo hará que revienten los odres, el vino se derramará y los odres se echarán a perder.
Durante cuarenta años el Señor los condujo a través del desierto, y sus vestiduras no se envejecieron, ni se les gastó el calzado.
Este pan estaba caliente, recién salido de los hornos, cuando emprendimos el viaje. Ahora, como puedes ver, está seco y enmohecido.
Josué y los demás dirigentes finalmente les creyeron. No se preocuparon de consultar al Señor, sino que hicieron un pacto de paz con ellos. Luego los jefes de Israel ratificaron el pacto con un juramento.