Luego se pusieron a conversar entre ellos y decían: ―Esto nos ha ocurrido como consecuencia de lo que le hicimos a José en nuestra juventud. Vimos el terror y la angustia suya y oímos sus ruegos, pero no le hicimos caso.
Josué 7:20 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Acán contestó: ―He pecado contra el Señor, el Dios de Israel. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he hecho. Biblia Nueva Traducción Viviente Acán respondió: —¡Es cierto! He pecado contra el Señor, Dios de Israel. Biblia Católica (Latinoamericana) Acán respondió a Josué: 'Es cierto, pequé contra Yavé, el Dios de Israel, y esto fue lo que hice:' La Biblia Textual 3a Edicion Y respondió Acán a Josué, y dijo: En verdad he pecado contra YHVH Dios de Israel, y esto es lo que he hecho: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondió Acán a Josué y le dijo: 'En verdad soy yo quien ha pecado contra Yahveh, Dios de Israel; esto y esto es lo que he hecho: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Acán respondió a Josué, diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová, el Dios de Israel, y he hecho así y así: |
Luego se pusieron a conversar entre ellos y decían: ―Esto nos ha ocurrido como consecuencia de lo que le hicimos a José en nuestra juventud. Vimos el terror y la angustia suya y oímos sus ruegos, pero no le hicimos caso.
Y el hombre le declarará a sus amigos: “Pequé, pero Dios me dejó libre.
¿Te ha perjudicado mi pecado, oh Dios, guarda de la humanidad? ¿Por qué me has tomado como blanco, y hecho que la vida se me torne tan pesada carga?
El faraón mandó a llamar urgentemente a Moisés y a Aarón, y les dijo: «Confieso que he pecado contra el Señor su Dios, y contra ustedes.
El faraón mandó a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: ―Ahora reconozco mi falta. Yo y mi pueblo hemos actuado mal.
―He pecado —confesó Balán—. No me di cuenta que estabas allí. Regresaré a casa si no quieres que siga adelante.
Se hubiera podido vender ese perfume a muy buen precio y habríamos dado el dinero a los pobres.
―He pecado entregando a un inocente —declaró. ―Y a nosotros ¿qué nos importa? —le respondieron.
Josué entonces le dijo a Acán: ―Hijo mío, da gloria al Dios de Israel y haz tu confesión. Dime lo que has hecho.
Vi un hermoso manto importado de Babilonia, casi dos kilos y medio de plata y una barra de oro como de seiscientos gramos. Sentí tanto deseo de poseer todo aquello que lo tomé y lo escondí en la tierra debajo de mi tienda. Allí están, y la plata está debajo de todo.
―He pecado —reconoció finalmente Saúl—. Sí, he desobedecido tus instrucciones y el mandamiento del Señor. Le tuve miedo al pueblo y les dejé hacer lo que quisieron.
―He pecado —insistió Saúl—. Pero, por lo menos, hónrame delante de los jefes y delante del pueblo yendo conmigo a adorar al Señor tu Dios.