Señor, soy tu siervo; sí, soy tu siervo y el hijo que tú has hecho; ¡tú has roto mis cadenas!
Josué 24:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Fue el Señor el que echó delante de nosotros a los amorreos y a las otras naciones que vivían en la tierra. ¡Serviremos al Señor porque él es nuestro Dios! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Jehová arrojó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque él es nuestro Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Fue el Señor quien expulsó a los amorreos y a las otras naciones que vivían aquí, en esta tierra. Por lo tanto, nosotros también serviremos al Señor, porque solo él es nuestro Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé fue quien expulsó delante de nosotros a todos esos pueblos como también a los amoreos que vivían en este país. Serviremos pues a Yavé, él es nuestro Dios'. La Biblia Textual 3a Edicion Por cuanto YHVH ha echado de delante de nosotros a todos los pueblos, y a los amorreos que habitaban en esta tierra; nosotros pues, también serviremos a YHVH, porque Él es nuestro Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Además, Yahveh expulsó de delante de nosotros a todos los pueblos, así como a los amorreos que habitaban en el país. También nosotros serviremos a Yahveh, porque él es nuestro Dios'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jehová echó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque Él es nuestro Dios. |
Señor, soy tu siervo; sí, soy tu siervo y el hijo que tú has hecho; ¡tú has roto mis cadenas!
Un día podrán ustedes contarles a sus hijos y a sus nietos las cosas increíbles que estoy haciendo en Egipto. Les contarán cómo destruí a los egipcios, y cómo demostré que yo soy el Señor».
El Señor es mi fortaleza, mi cántico y mi salvación. Lo alabaré, porque él es mi Dios. Lo exaltaré, porque él es el Dios de mis padres.
Los límites que les pondré serán desde el Mar Rojo hasta la costa de los filisteos, y desde el desierto hasta el río Éufrates. Haré que ustedes venzan a los pueblos que hoy viven en esa tierra, y los expulsen de la región.
Pueblos numerosos llegarán y dirán: «Vengan, subamos al monte del Señor, entremos al templo del Dios de Israel para que él nos diga qué debemos hacer. Y nosotros seguiremos sus enseñanzas». Porque de Sion, esto es, de Jerusalén, saldrá la instrucción del Señor, la sabiduría y la justicia para vivir en paz.
»En aquellos días», dice el Señor Todopoderoso, «sucederá que diez habitantes de diversas naciones agarrarán a un judío por su manto, y le dirán: “¡Por favor, permítenos ir contigo a Jerusalén! ¡Sabemos que Dios está con ustedes!”».
»Nuestros antepasados recibieron el tabernáculo como herencia, y cuando Josué conducía las batallas contra las naciones que Dios expulsó delante de ellos, Israel llevó consigo el tabernáculo al nuevo territorio. Y allí estuvo hasta los días de David.
Él es el objeto de tu alabanza, y él es tu Dios, el que ha hecho los milagros grandiosos que has visto.
El Dios eterno es tu refugio, y abajo están los brazos eternos. Arroja a tus enemigos delante de ti y grita: “¡Destrúyelos!”.
Él ha expulsado delante de ustedes a naciones más fuertes que ustedes; ninguna ha sido capaz de derrotarlos.
Porque el Señor nuestro Dios es el que nos rescató de la esclavitud en Egipto. Él es el Dios que hizo poderosos milagros ante los ojos de Israel y nos defendió de nuestros enemigos cuando pasamos por sus tierras.
Josué respondió al pueblo: ―No podrán adorar al Señor su Dios, porque él es santo y celoso y no perdonará sus rebeliones y pecados.