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Josué 22:33 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

y todo Israel se alegró y alabó a Dios, y no se habló más de pelear contra Rubén y Gad.

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Biblia Reina Valera 1960

Y el asunto pareció bien a los hijos de Israel, y bendijeron a Dios los hijos de Israel; y no hablaron más de subir contra ellos en guerra, para destruir la tierra en que habitaban los hijos de Rubén y los hijos de Gad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces todos los israelitas quedaron conformes y alabaron a Dios y no hablaron más de hacer guerra contra Rubén y Gad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

y los israelitas lo aprobaron. Bendijeron a Dios y se desistieron de marchar en son de guerra para arrasar el territorio donde vivían los hijos de Rubén y de Gad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y el asunto pareció bien a ojos de los hijos de Israel, y bendijeron a ’Elohim, y no hablaron más de subir contra ellos en guerra para devastar la tierra en que habitaban los hijos de Rubén y los hijos de Gad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pareció bien a los israelitas, que bendijeron a Dios y ya no hablaron más de subir a pelear contra ellos y a devastar el país en que moraban los rubenitas y los gaditas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y el asunto agradó a los hijos de Israel, y bendijeron a Dios los hijos de Israel; y no hablaron más de subir contra ellos en guerra, para destruir la tierra en que habitaban los hijos de Rubén y los hijos de Gad.

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Josué 22:33
13 Tagairtí Cros  

Entonces David se dirigió a todo el pueblo y le dijo: «¡Alaben al Señor su Dios!». Ellos lo hicieron así, inclinándose a tierra delante del Señor y del rey.


Las buenas noticias de tierras lejanas son como agua fría para la garganta sedienta.


Y esa noche, en una visión, Dios le reveló a Daniel lo que el rey había soñado. Entonces Daniel alabó al Dios del cielo,


Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:


Allí mismo terminaron las discusiones, y todo el mundo prestó atención a las palabras de Bernabé y de Pablo que relataban los milagros que Dios había realizado a través de ellos entre los gentiles.


Un júbilo desbordante llenó a los hermanos cuando leyeron tan alentador mensaje.


y con la noticia que él me trajo de que ustedes lo habían consolado. Cuando me habló del ansia con que esperan mi llegada, de lo tristes que se pusieron y de la gran preocupación que tienen por mí, el corazón me saltó de gozo.


Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos porque pertenecemos a Cristo.


Cuando el sacerdote Finés y los altos jefes oyeron estas razones de las tribus de Gad, de Rubén y de Manasés, quedaron satisfechos.


Entonces Finés y los diez embajadores regresaron al pueblo de Israel y les contaron lo ocurrido,