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Josué 22:30 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Cuando el sacerdote Finés y los altos jefes oyeron estas razones de las tribus de Gad, de Rubén y de Manasés, quedaron satisfechos.

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Biblia Reina Valera 1960

Oyendo Finees el sacerdote y los príncipes de la congregación, y los jefes de los millares de Israel que con él estaban, las palabras que hablaron los hijos de Rubén y los hijos de Gad y los hijos de Manasés, les pareció bien todo ello.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando el sacerdote Finees y los líderes de la comunidad —cabezas de los clanes de Israel— oyeron eso de boca de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la media tribu de Manasés, quedaron conformes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Esas palabras que pronunciaron los hijos de Rubén, de Gad y de Manasés les gustaron al sacerdote Finjas, a los jefes de la comunidad y los jefes de los clanes de Israel que estaban con él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y Finees el sacerdote, y los jefes de la comunidad, y las cabezas de los millares de Israel que estaban con él, escucharon las palabras que hablaron los hijos de Rubén, los hijos de Gad y los hijos de Manasés, y les pareció bien ante sus ojos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando el sacerdote Pinjás, los príncipes de la comunidad y los jefes de los clanes de Israel que con él estaban oyeron las palabras que pronunciaron los rubenitas, los gaditas y los manasitas les pareció bien.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando Finees el sacerdote y los príncipes de la congregación, y las cabezas de la multitud de Israel que con él estaban, oyeron las palabras que hablaron los hijos de Rubén y los hijos de Gad y los hijos de Manasés, les pareció bien.

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Josué 22:30
11 Tagairtí Cros  

Por eso, Esaú comprendió que las mujeres de Canaán no eran del agrado de Isaac, su padre.


El rey y sus consejeros estuvieron en completo acuerdo en cuanto a esto,


Al rey y a los gobernadores les pareció bien el consejo de Mamucán. Entonces el rey


La respuesta amable calma el enojo, pero la respuesta grosera lo hace encenderse más.


Aquellas palabras bastaron para acallar las objeciones, y alabaron a Dios. ―Sí —exclamaban—, Dios ha concedido también a los gentiles el volverse a él para recibir la vida.


Lejos esté de nosotros el apartarnos del Señor, o de rebelarnos contra él construyendo otro altar para los holocaustos, para las ofrendas de harina y para los sacrificios. Solamente el altar que está delante del santuario puede ser usado para ello”.


Finés les respondió: ―Ahora sabemos que el Señor está entre nosotros porque ustedes no han pecado contra él como habíamos pensado. Nos han librado de la destrucción.


y todo Israel se alegró y alabó a Dios, y no se habló más de pelear contra Rubén y Gad.


Por fin Aquis decidió llamar a David: ―Te juro por el Señor —le dijo—, que eres un hombre excelente, y desde el día que llegaste no he encontrado nada que me haga desconfiar de ti; para mí sería un placer que me acompañaras a las batallas, pero mis comandantes dicen que no.