Job 10:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¿De veras te parece bien oprimir y despreciar la obra de tus manos, y dar alegría y prosperidad a los malvados? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿Te parece bien que oprimas, Que deseches la obra de tus manos, Y que favorezcas los designios de los impíos? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Qué ganas con oprimirme? ¿Por qué me rechazas, siendo yo obra de tus manos, mientras miras con favor los planes de los malvados? Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Acaso te conviene mostrarte duro,
despreciar la obra de tus manos
y justificar las teorías de los malvados? La Biblia Textual 3a Edicion ¿Es justo para ti oprimir, Desechar la obra de tus manos, Y favorecer el designio de los malos? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Qué logras con ser violento, con despreciar la obra de tus manos y favorecer los planes del impío? Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Te parece bien que oprimas, que deseches la obra de tus manos, y que resplandezcas sobre el consejo de los impíos? |
¿Por qué te vuelves contra Dios y le echas en cara todos estos perversos razonamientos?
Y Dios me ha entregado en manos de los pecadores, en poder de los inicuos.
Miren, ¡cuanto el rico toca se convierte en oro! Pero yo me niego a tratar siquiera con gente así.
Pero han olvidado que fue él quien llenó sus hogares de bienes. Yo no me dejaré llevar por sus malos consejos.
«Por el Dios viviente que me ha despojado de mis derechos; por el Dios Todopoderoso que ha amargado mi alma,
Porque fue Dios quien me hizo, y él es también el hacedor de mi siervo. A ambos nos creó él.
Porque el espíritu de Dios me hizo: el hálito del Todopoderoso me da vida.
«¿Aún quieres disputar con el Todopoderoso? ¿O prefieres darte por vencido? Tú que censuras a Dios, ¿tienes las respuestas?».
¿Vas a difamar mi justicia y a condenarme para poder decir que eres justo?
»¡Pero fíjate! Dios no rechaza al hombre bueno ni hace prosperar al malhechor.
Inocente o culpable, para él da lo mismo, pues él destruye a uno y a otro.
La tierra está en manos de los malvados; Dios venda los ojos de los jueces y los deja proceder injustamente. Si no es él, ¿quién es entonces?
Reconozcan que el Señor es Dios; él nos hizo, y somos suyos. Somos su pueblo y ovejas de su prado.
El Señor cumplirá sus planes para mi vida. Porque tu gran amor, Señor; es para siempre. No me abandones, pues tú me hiciste.
Porque el Señor escucha el clamor de sus necesitados, y no desdeña a sus cautivos.
¡Y no obstante, oh Señor, tú eres nuestro Padre! Somos la arcilla y tú el alfarero: todos fuimos modelados por tu mano.
Así pues, los que sufren porque Dios así lo quiere, sigan haciendo el bien y entréguense a su Creador, porque él es fiel.