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Jeremías 6:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

No se puede sanar una herida con sólo decir que no existe. Sin embargo, los sacerdotes y profetas dan seguridad de paz cuando todo es guerra.

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Biblia Reina Valera 1960

Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ofrecen curas superficiales para la herida mortal de mi pueblo. Dan garantías de paz cuando no hay paz.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Calman sólo a medias la aflicción de mi pueblo, diciendo: 'Paz, paz', siendo que no hay paz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y livianamente curan la llaga de mi pueblo, Diciendo: ¡Paz! ¡Paz!, cuando no hay paz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Curan a la ligera la herida de mi pueblo, diciendo: 'Va todo muy bien', cuando todo va mal.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y curan el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.

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Jeremías 6:14
21 Tagairtí Cros  

A mis profetas les dicen: «¡A callar! ¡Basta de mensajes suyos!». O dicen: «No nos digan la verdad, dígannos algo agradable, dígannos mentiras alegres. Olvídense ya de esas cosas tristes que anuncian, ya hemos oído más que suficiente de su Santo de Israel».


La luna será tan brillante como el sol, y la luz de este más esplendorosa que la de siete días claros. Así será el tiempo cuando el Señor comience a sanar a su pueblo y a curarle las heridas que le causó.


Entonces dije yo: ¡Oh Señor Dios, sus profetas les dicen que todo anda bien, que no habrá ni guerra ni hambre; le dicen al pueblo que tú sin duda les enviarás paz, que tú los bendecirás!


Por tanto, diles esto: Día y noche lloraré amargamente; no puedo dejar de llorar porque mi pueblo ha sido traspasado por la espada de los enemigos y ahora yace en tierra mortalmente herido.


Continuamente dicen a estos rebeldes que me desprecian: «No tengan ningún cuidado, todo va bien», y a quienes viven como ellos quieren les dicen: «El Señor ha dicho que tendrán paz».


Dentro de dos años traeré de regreso todos los tesoros del templo que Nabucodonosor se llevó a Babilonia,


(Entonces protesté yo: «¡Pero Señor, el pueblo ha sido engañado por lo que tú dijiste, pues le prometiste que vivirían en paz! ¡Y sin embargo, ahora mismo el enemigo tiene la espada lista para matarlos!»).


No me han tomado en cuenta para nada, y dicen: «¡Él no nos inquietará! ¡Ningún mal nos sobrevendrá! ¡No habrá hambre ni guerra!


Tus «profetas» han dicho muchas cosas necias y totalmente falsas, no te señalaron tu maldad para que hubieras podido evitar tu cautiverio; mintieron con falsos mensajes y te hicieron creer en ellos.


Pues estos hombres perversos engañan a mi pueblo, diciendo: “Dios enviará paz”, cuando ese no es mi plan. ¡Mi pueblo lleno de falsa confianza construye una pared endeble que no lo podrá proteger, y estos profetas le alaban por ello, y la blanquean con cal!


pues ellos eran profetas mentirosos que pretendían que Jerusalén tendría paz cuando no habría paz, dice el Señor Dios”.


Sus mentiras han desalentado a los justos, cuando yo no lo quería. Y sus mentiras han alentado a los perversos prometiéndoles vida, aunque continúan viviendo cometiendo toda clase de maldades.


»Y si alguno de los falsos profetas de cualquier modo les da un mensaje, sepan que es una mentira. Su profecía no se cumplirá, y yo me pondré contra ese “profeta” y lo eliminaré de entre mi pueblo Israel.


Si un falso profeta viniera y les dijera: «Les anunciaré cosas muy lindas a cambio de alguna botella de vino», seguro que ustedes lo recibirían con los brazos abiertos.


Esto es lo que el Señor dice contra los falsos profetas, los que descarrían a este pueblo: «Ustedes le anuncian la paz a quienes les dan de comer, pero a quienes no les dan nada, les anuncian la guerra.


Cuando la gente esté diciendo: «Hay paz y seguridad», entonces, de repente vendrá sobre ellos la destrucción. Llegará como le llegan a la mujer embarazada los dolores de parto. No habrá forma de que escapen.


Pero así como en el pasado hubo falsos profetas, entre ustedes surgirán falsos maestros que veladamente les mentirán acerca de Dios y hasta negarán al mismo Señor que los salvó. ¡La condenación de los tales será repentina y terrible!