Luego ella fue a sentarse a cierta distancia de allí, pues se decía a sí misma: «No quiero verlo morir». Cuando ella se sentó, el niño se puso a llorar a gritos.
Jeremías 52:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Nabucodonosor obligó a Sedequías a presenciar la muerte de sus hijos y de todos los príncipes de Judá; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y también degolló en Ribla a todos los príncipes de Judá. Biblia Nueva Traducción Viviente El rey de Babilonia hizo que Sedequías observara mientras masacraba a sus hijos. También masacró a todos los funcionarios de Judá en Ribla. Biblia Católica (Latinoamericana) En Ribla mandó degollar a los hijos de Sedecías ante sus propios ojos, y lo mismo hizo con todos los jefes de Judá. La Biblia Textual 3a Edicion El rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus propios ojos, y también en Ribla degolló a todos los príncipes de Judá. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedecías ante sus propios ojos y degolló también en Riblá a todos los nobles de Judá. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y también degolló a todos los príncipes de Judá en Ribla. |
Luego ella fue a sentarse a cierta distancia de allí, pues se decía a sí misma: «No quiero verlo morir». Cuando ella se sentó, el niño se puso a llorar a gritos.
Porque, ¿cómo regresaré a mi padre si el muchacho no va conmigo? ¡Yo no podría soportar ver sufrir tanto a mi padre!
Lo obligaron a presenciar cómo mataban a sus hijos, y luego le sacaron los ojos y se lo llevaron atado con cadenas a Babilonia.
El Señor dice: Haz constar que este Jeconías no tendrá descendencia, pues ninguno de sus hijos ocupará el trono de David ni gobernará en Judá. Su vida no tendrá ninguna importancia.
Y entregaré a Sedequías, rey de Judá, y a sus dignatarios en manos del ejército del rey de Babilonia, aunque este se ha alejado de la ciudad por breve tiempo.
Usen sólo los mejores carneros del rebaño, y apilen la leña sobre el fuego debajo de la olla. Cuezan la carne bien, hasta que se desprenda de los huesos”.
mátenlos a todos: viejos y jóvenes, muchachas, mujeres y niños pequeños; pero no toquen a nadie que tenga la marca en la frente. Comiencen aquí mismo en el templo». Y así comenzaron por dar muerte a los sabios consejeros.