¡Estuvieron alegres, caldeos, despojadores de mi pueblo, y están gordos como vacas que pastan en jugosos prados, y relinchan como caballos alegres!
Jeremías 51:49 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Tal como Babilonia mató al pueblo de Israel, así tiene que ser muerta ella. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Por los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra. Biblia Nueva Traducción Viviente Así como Babilonia mató a la gente de Israel y a la gente de otros pueblos por todo el mundo, así mismo debe morir su gente. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando le toque su turno, Babilonia debe caer por todos los muertos de Israel, así como por Babilonia murió tanta gente en el mundo entero. La Biblia Textual 3a Edicion También Babilonia caerá por las víctimas de Israel, como por Babilonia cayeron víctimas de toda la tierra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Babilonia caerá a su vez por los muertos de Israel, como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Como Babilonia causó que los muertos de Israel cayesen, así en Babilonia caerán los muertos de toda la tierra. |
¡Estuvieron alegres, caldeos, despojadores de mi pueblo, y están gordos como vacas que pastan en jugosos prados, y relinchan como caballos alegres!
Manda a llamar arqueros que vengan contra Babilonia; rodea la ciudad para que nadie pueda escapar. Haz con ella como ella hizo con otros, pues envalentonada desafió al Señor, al Santo de Israel.
Delante de sus ojos voy a darle a Babilonia y a los caldeos su merecido por todo el mal que le han hecho a mi pueblo, dice el Señor.
porque de la manera como juzguen a otros, así Dios los juzgará a ustedes; Dios los va a tratar de la misma forma en que ustedes traten a los demás.
pues al que no ha tenido compasión se le juzgará sin compasión. Y el que ha mostrado compasión triunfará a la hora del juicio.
porque por ti se derramó sangre de profetas y santos y de todos los que han sido asesinados en toda la tierra».
«Setenta reyes sin pulgares en las manos y los pies recogían migajas debajo de mi mesa» —dijo Adoní Bézec—. Ahora el Señor me ha pagado con lo mismo. Después lo llevaron a Jerusalén y allí murió.