Desde lo alto extendió su mano, me tomó y me sacó del mar profundo. Me rescató de las aguas profundas.
Jeremías 51:42 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El mar se ha levantado contra Babilonia; está cubierta por las olas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Subió el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas fue cubierta. Biblia Nueva Traducción Viviente El mar ha subido sobre Babilonia; está cubierta por las violentas olas. Biblia Católica (Latinoamericana) El mar se salió en Babilonia y la sumergió bajo el tropel de sus olas. La Biblia Textual 3a Edicion El mar ha subido hasta Babilonia, Y la inundó con el tumulto de su oleaje. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Subió sobre Babilonia el mar, por la masa de las olas está cubierta. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Subió el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas fue cubierta. |
Desde lo alto extendió su mano, me tomó y me sacó del mar profundo. Me rescató de las aguas profundas.
La muerte me envolvió con sus lazos; y torrentes de maldad se lanzaron poderosos contra mí.
Escucho el rugir del enfurecido mar, mientras tus olas y la agitada marea me derriban.
Tú calmaste el rugido de los mares, el estruendo de las olas, y el tumulto de los pueblos.
Los poderosos océanos braman, Señor. Los poderosos océanos braman como truenos; los poderosos océanos braman cuando sus olas se rompen en la playa.
Este es el mensaje de Dios respecto a Babilonia: Desde el desierto viene contra ustedes un desastre rugiente, como son los torbellinos arrasadores del sur.
Porque el Señor está destruyendo a Babilonia; ya no se escucha la fuerte voz de ella, y ahora las olas rugientes la ahogan.
»Por lo tanto el Señor Dios dice: ¡Yo estoy aquí contra ti, Tiro! Traeré naciones en guerra contra ti como si fueran olas del mar.
Pero los hijos del rey del norte prepararán un gran ejército para la guerra que, como si fuera una inundación, avanzará arrasando con todo a su paso, y llegará hasta la fortaleza enemiga.
«En mi sueño vi una gran tormenta sobre el océano, con fuertes vientos que soplaban de todas las direcciones.
Después de las sesenta y dos semanas, se quedarán sin nada y quitarán la vida al jefe elegido por Dios. Jerusalén y el templo serán destruidos por la gente de un rey que vendrá. El fin vendrá como una inundación, y la destrucción se acabará sólo cuando se acabe la guerra.
»Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra, las naciones estarán angustiadas y confundidas por el bramido del mar y de las olas.