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Jeremías 50:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero ahora, escapen de Babilonia, tierra de los caldeos; lleven a mi pueblo de regreso a su patria con la misma decisión que los machos cabríos guían a sus grupos.

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Biblia Reina Valera 1960

Huid de en medio de Babilonia, y salid de la tierra de los caldeos, y sed como los machos cabríos que van delante del rebaño.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Pero ahora, ¡huyan de Babilonia! Abandonen la tierra de los babilonios. Guíen a mi pueblo de regreso al hogar como hace el macho cabrío que va a la cabeza de la manada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Huyan de Babilonia y del país de los caldeos. Salgan como salen los machos cabríos a la cabeza del rebaño.

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La Biblia Textual 3a Edicion

¡Huid de Babilonia y del territorio caldeo! ¡Salid como machos cabríos delante del rebaño!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Huid de Babilonia, salid del país de los caldeos. Sed como machos cabríos al frente del rebaño.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Huid de en medio de Babilonia, y salid de la tierra de los caldeos, y sed como los machos cabríos delante del ganado.

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Jeremías 50:8
11 Tagairtí Cros  

el gallo orgulloso, el macho cabrío, el rey cuando conduce a su ejército.


¡Líbrense de su cautiverio! ¡Salgan de Babilonia, cantando en el camino! ¡Grítenle a los extremos de la tierra que el Señor ha redimido a sus siervos los israelitas!


¡Despierta, despierta, Jerusalén, y vístete de la fortaleza de Dios! Ponte tus hermosas vestiduras, Sion, ciudad Santa, porque nunca más entrarán por tus puertas los ejércitos extranjeros, esos que detestan a Dios.


¡Salgan, salgan pronto! ¡Dejen sus cadenas de esclavitud! ¡No toquen nada de la inmundicia de Babilonia! Ustedes, los que traen de regreso los utensilios del templo, ¡Purifíquense y no toquen nada impuro!


¡Pueblo mío, huye de Babilonia, sálvate de la tremenda cólera del Señor!


¡Huyan de Babilonia! ¡Sálvese quien pueda! ¡No dejen que los atrapen! Si se quedan, serán destruidos cuando el Señor ejecute su venganza por los actos de maldad de Babilonia.


»En aquel tiempo muchas naciones se convertirán en fieles devotas del Señor. También ellas serán mi pueblo, y viviré en medio de ellas. Entonces sabrán que fue el Señor Todopoderoso quien me envió a ustedes.


―Vamos, rápido —le dijo al pueblo—, apártense de las tiendas de estos hombres inicuos, y no toquen nada que pertenezca a ellos, o serán ustedes incluidos en su pecado y serán destruidos con ellos.


Por eso el Señor añade: «Salgan de en medio de ellos, apártense; no toquen sus inmundicias, y yo los recibiré


Entonces oí otra voz del cielo que decía: «Sal de esa ciudad, pueblo mío; no participes en su pecado para que no se te castigue con ella,