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Jeremías 50:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

¡Abandónenla todos los jornaleros, huyan a sus fincas conforme se acerca el enemigo!

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Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Destruid en Babilonia al que siembra, y al que mete hoz en tiempo de la siega; delante de la espada destructora cada uno volverá el rostro hacia su pueblo, cada uno huirá hacia su tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Saquen de Babilonia a todos los sembradores; despidan a todos los segadores. Debido a la espada del enemigo, todos huirán a sus propias tierras.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Saquen de Babilonia al sembrador y al segador que maneja la echona. Ante la espada destructora, que cada uno se vuelva a su pueblo y huya a su tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

¡Cortad de Babilonia al sembrador y al que empuña la hoz en la siega! ¡Huyen de la espada destructora, Cada uno a su gente y a su tierra natal!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Exterminad de Babel al sembrador, al que maneja la hoz al tiempo de la siega. Ante la espada destructora cada uno vuelve a su pueblo, cada uno huye a su país.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Talad de Babilonia al sembrador, y al que mete hoz en tiempo de la siega; delante de la espada opresora cada uno volverá el rostro hacia su pueblo, cada uno huirá hacia su tierra.

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Jeremías 50:16
7 Tagairtí Cros  

Los ejércitos de Babilonia correrán hasta agotarse, huyendo hacia su país como si fueran venados perseguidos por los perros, como ovejas errantes abandonadas de su pastor.


El Señor ha salido como león que sale de su cubil en busca de presa. Su tierra ha sido asolada por ejércitos en guerra, provocados por la tremenda cólera del Señor.


Enormes multitudes caen amontonadas. (Entonces el grupo de sobrevivientes de los judíos dirá: «¡Vengan, regresemos a Judá en donde nacimos, y alejémonos de toda esta matanza!»).


pastores y ganados, labradores y bueyes, gobernantes y jueces.


Si pudiéramos le ayudaríamos, pero ya no tiene remedio. Déjenla, abandónenla y vuelvan a su patria, porque lo que sufre es un castigo que Dios le manda desde el cielo.


¡Lloren, labradores! ¡Sollocen, viñadores! ¡Pues se perdieron las cosechas del trigo y la cebada!


Por lo tanto, el Señor, Dios Todopoderoso, dice esto: «Se escucharán sus llantos en todas las calles y en cada camino. ¡Llamen a los agricultores para que lloren con ustedes! ¡Llamen a las lloronas de oficio, para que les reciten lamentos!