Y después les daré buenos jueces y sabios consejeros como los que antes tenían. Entonces nuevamente la ciudad de ustedes se llamará «La Ciudad de la Justicia» y «La Ciudad Fiel».
Jeremías 49:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¡Oh famosa ciudad, metrópolis de la alegría, qué desolada estás! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¡Cómo dejaron a la ciudad tan alabada, la ciudad de mi gozo! Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Esa ciudad famosa, ciudad de alegría, será abandonada! Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Cómo es que está abandonada la ciudad famosa, la ciudad alegre? La Biblia Textual 3a Edicion ¡Ay! ¡Como está abandonada la ciudad famosa, La villa de mi regocijo! Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Ay, cómo abandonan la villa famosa, la ciudad de mi alegría! Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¡Cómo es que no ha sido abandonada la ciudad de alabanza, la ciudad de mi gozo! |
Y después les daré buenos jueces y sabios consejeros como los que antes tenían. Entonces nuevamente la ciudad de ustedes se llamará «La Ciudad de la Justicia» y «La Ciudad Fiel».
Entonces esta ciudad será honra para mí, me dará gozo y será para mí fuente de reconocimiento y gran fama ante todas las naciones de la tierra. Los pueblos del mundo verán el bien que le hago a mi pueblo y estarán asombrados de todos los bienes que les concederé a Judá e Israel.
Jamás volverá nadie a jactarse respecto a Moab, pues hay un complot contra la vida de ella. En Hesbón se han trazado planes para destruirla. «Vengan», dicen, «la haremos desaparecer como nación». En Madmén reina el silencio. Luego surgirá contra Joronayin un rumor de batalla, pues todo Moab está siendo aniquilado. Su clamor llegará hasta Zoar.
¡Cómo quedó quebrantada! ¡Oigan sus gemidos! ¡Miren la vergüenza de Moab! Porque ella constituye ahora ejemplo de horror y burla para sus vecinos.
¡Qué caída la de Babilonia, la gran Babilonia, la que todo el mundo admiraba! ¡El mundo casi no puede creer lo que ve, la poderosa Babilonia caída!
e iba diciendo: «¡Miren qué gran ciudad es Babilonia! Yo, con mi propio poder, he construido esta hermosa ciudad como mi residencia real y como capital de mi imperio».
Desde la distancia, la contemplarán temblorosos de miedo al ver semejante castigo, y gritarán: «¡Pobre, pobre Babilonia, la gran ciudad poderosa! ¡En un instante te llegó el juicio!».