por temor a la multitud y a su desprecio, negándome a reconocer mi transgresión.
Jeremías 38:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―Rey y señor mío —dijo—, estos hombres han procedido muy mal echando a Jeremías en la cisterna. Va a morirse de hambre, pues ya casi no hay nada que comer en la ciudad. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mi señor el rey, mal hicieron estos varones en todo lo que han hecho con el profeta Jeremías, al cual hicieron echar en la cisterna; porque allí morirá de hambre, pues no hay más pan en la ciudad. Biblia Nueva Traducción Viviente —Mi señor y rey —dijo—, estos hombres hicieron un gran mal al poner al profeta Jeremías dentro de la cisterna. Pronto morirá de hambre porque casi no hay pan en la ciudad. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Oh, mi señor!, esos hombres han procedido muy mal con el profeta Jeremías. Lo han echado en el pozo, donde va a morir. La Biblia Textual 3a Edicion Oh rey, señor mío, mal actuaron estos varones en todo lo que han hecho con el profeta Jeremías, al cual hicieron echar en la cisterna, donde morirá de hambre, pues no hay más pan en la ciudad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Rey, mi señor; esos hombres han obrado mal en todo lo que han hecho al profeta Jeremías, arrojándole a la cisterna, donde morirá de hambre, pues ya no hay pan en la ciudad'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mi señor el rey, mal han hecho estos hombres en todo lo que hicieron al profeta Jeremías, al cual echaron en la mazmorra; porque allí morirá de hambre, pues no hay más pan en la ciudad. |
por temor a la multitud y a su desprecio, negándome a reconocer mi transgresión.
Yo me encargaré de que tus enemigos asedien la ciudad hasta que se acabe todo alimento, y los que estén atrapados dentro comiencen a comerse a sus propios hijos e hijas y amigos.
Entonces el rey Sedequías mandó que no volvieran a llevar a Jeremías al calabozo, sino que lo pusieran en la cárcel del palacio, y ordenó que le dieran cada día un pedazo de pan fresco mientras en la ciudad quedara qué comer. Así tuvieron a Jeremías en la cárcel del palacio.
Entonces el rey ordenó a Ebedmélec que llevara treinta hombres consigo y sacaran a Jeremías del pozo antes que muriera.
fue corriendo a la llamada puerta de Benjamín en donde el rey estaba presidiendo la corte.
pero a ti te libraré, no serás muerto por aquellos a quienes tanto temes.
Finalmente, el día nueve del cuarto mes, agravada el hambre en la ciudad, pues habían consumido hasta el último bocado,
Su pueblo gime buscando pan; han vendido todo lo que tienen por comida para poder sobrevivir: «¡Mira, oh Señor, el lamentable estado en que me encuentro!».