Cuando llegaron los comerciantes, sacaron a José de la cisterna y se lo vendieron por veinte monedas de plata. Los comerciantes siguieron el viaje llevando consigo a José hasta Egipto.
Jeremías 38:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 lo izaron y después lo llevaron a la cárcel del palacio, en donde permaneció. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 De este modo sacaron a Jeremías con sogas, y lo subieron de la cisterna; y quedó Jeremías en el patio de la cárcel. Biblia Nueva Traducción Viviente lo sacaron. Entonces regresaron a Jeremías al patio de la guardia —la prisión del palacio— y allí permaneció. Biblia Católica (Latinoamericana) y así lo subieron y lo dejaron en el patio de la guardia. La Biblia Textual 3a Edicion De este modo sacaron a Jeremías con sogas, y lo subieron de la cisterna. Y Jeremías permaneció en el atrio de la guardia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tiraron entonces de Jeremías con las cuerdas y lo subieron de la cisterna. Jeremías quedó en el patio de la guardia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) De este modo sacaron a Jeremías con sogas, y lo subieron de la mazmorra; y quedó Jeremías en el patio de la cárcel. |
Cuando llegaron los comerciantes, sacaron a José de la cisterna y se lo vendieron por veinte monedas de plata. Los comerciantes siguieron el viaje llevando consigo a José hasta Egipto.
Díganles que yo he ordenado que pongan a este individuo en la cárcel, y lo alimenten con pan y agua, sólo lo suficiente para que siga vivo hasta que yo regrese en paz.
Palal hijo de Uzay se encargó del trabajo desde la esquina hasta los cimientos de la torre alta que se levanta por encima del palacio del rey, junto al patio de la cárcel. Después estaba Pedaías hijo de Parós.
Los dignatarios y el pueblo dijeron al sacerdote y a los falsos profetas: ―Este hombre no es digno de muerte, pues nos ha hablado en nombre del Señor nuestro Dios.
cuando estaba Jeremías preso en el calabozo subterráneo del palacio, mientras el ejército de Babilonia sitiaba a Jerusalén. El rey Sedequías lo había puesto allí porque seguía profetizando que la ciudad sería conquistada por el rey de Babilonia,
Entonces el rey Sedequías mandó que no volvieran a llevar a Jeremías al calabozo, sino que lo pusieran en la cárcel del palacio, y ordenó que le dieran cada día un pedazo de pan fresco mientras en la ciudad quedara qué comer. Así tuvieron a Jeremías en la cárcel del palacio.
Ebedmélec le gritó a Jeremías: ―¡Ponte esos harapos bajo las axilas para protegerte de las cuerdas! Luego, cuando Jeremías estuvo listo,
Y Jeremías permaneció en el patio de la prisión hasta el día en que Jerusalén fue conquistada por los babilonios.
Sacaron pues, a Jeremías de su celda y atado con cuerdas lo bajaron a una cisterna seca en el patio de la cárcel. (La cisterna pertenecía a Malquías, miembro de la familia real). No había agua en ella, pero sí una gruesa capa de lodo en el fondo, en la cual se hundió Jeremías.
¡Oh Señor, tú eres mi defensor! ¡Defendiste mi causa, pues tú has librado mi vida de la muerte!
le dijo: «Escucharé tu caso cuando lleguen los que te acusan». Luego ordenó que lo dejaran en el palacio de Herodes bajo vigilancia.
Después de dos años, a Félix lo sustituyó Porcio Festo. Como Félix quería quedar bien con los judíos, dejó preso a Pablo.
Ya en Roma, a Pablo le permitieron que viviera aparte, aunque un soldado lo vigilaba.
Pablo se quedó dos años completos en la casa que había alquilado, y allí recibía a todos los que iban a verlo.