―No quiero nada contigo —le dijo Eliseo al rey Jorán, de Israel—. Ve y pregúntales a los falsos profetas de tu padre y de tu madre. Pero Jorán le respondió: ―No, porque es el Señor quien nos ha traído aquí para ser destruidos por el rey de Moab.
Jeremías 37:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¿Dónde están ahora aquellos profetas que te decían que el rey de Babilonia no vendría? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿Y dónde están vuestros profetas que os profetizaban diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Ahora dónde están tus profetas que te dijeron que el rey de Babilonia no te atacaría a ti ni a esta tierra? Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Dónde están los profetas que te decían: No vendrá el rey de Babilonia contra ustedes; no entrará en nuestro país?' La Biblia Textual 3a Edicion ¿Dónde están vuestros profetas que os profetizaban diciendo: El rey de Babilonia no vendrá contra vosotros, ni contra esta tierra? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Dónde están vuestros profetas, los que os profetizaban diciendo: no vendrá el rey de Babilonia contra nosotros ni contra este país? Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Y dónde están ahora vuestros profetas que os profetizaban, diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra? |
―No quiero nada contigo —le dijo Eliseo al rey Jorán, de Israel—. Ve y pregúntales a los falsos profetas de tu padre y de tu madre. Pero Jorán le respondió: ―No, porque es el Señor quien nos ha traído aquí para ser destruidos por el rey de Moab.
¿Por qué no imploran a los dioses que se han fabricado? Cuando sobrevenga el peligro, ¡que te ayuden ellos y te salven si pueden! Porque tienes tantos dioses como ciudades hay en Judá, incluso cada calle de Jerusalén tiene un altar dedicado a un ídolo diferente.
Continuamente dicen a estos rebeldes que me desprecian: «No tengan ningún cuidado, todo va bien», y a quienes viven como ellos quieren les dicen: «El Señor ha dicho que tendrán paz».
Envía una carta abierta a todos los desterrados en Babilonia y diles esto: El Señor dice que por haberles «profetizado» Semaías de Nejelán sin que yo lo enviara, y por haberlos inducido a creer sus mentiras,
No se puede sanar una herida con sólo decir que no existe. Sin embargo, los sacerdotes y profetas dan seguridad de paz cuando todo es guerra.
Recetan medicina inútil para las dolorosas heridas de mi pueblo, pues le aseguran que todo va bien cuando es totalmente lo contrario.
Tus «profetas» han dicho muchas cosas necias y totalmente falsas, no te señalaron tu maldad para que hubieras podido evitar tu cautiverio; mintieron con falsos mensajes y te hicieron creer en ellos.
«Hombre mortal, profetiza contra los falsos profetas de Israel, quienes están inventado sus propias visiones y pretendiendo tener mensajes de parte mía cuando yo no les he comunicado absolutamente nada. ¡Ay de ellos!
En vez de ello han mentido cuando dijeron: “Mi mensaje es de Dios”. Dios no los envió y, sin embargo, esperan que él cumpla sus profecías inventadas.
¿Dónde están sus dioses ahora, a quienes ellos sacrificaron su gordura y su vino? Que se levanten esos dioses y los ayuden.