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Jeremías 35:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Las familias de Recab han obedecido a su padre plenamente, pero ustedes, se han negado a escucharme.

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Biblia Reina Valera 1960

Ciertamente los hijos de Jonadab hijo de Recab tuvieron por firme el mandamiento que les dio su padre; pero este pueblo no me ha obedecido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los descendientes de Jonadab, hijo de Recab, han obedecido a su antepasado en todo, pero ustedes rehusaron escucharme”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¡Mientras que los hijos de Jonadab, hijo de Recab, cumplieron la orden que les dejó su padre, este pueblo, en cambio, ni siquiera se ha parado a escucharme!

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La Biblia Textual 3a Edicion

Por cuanto los hijos de Jonadab ben Recab tuvieron por firme el mandamiento que les dio su padre, en tanto que este pueblo no me obedece a mí,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Mientras los hijos de Jonadab, hijo de Recab, han cumplido la orden que su antepasado les había impuesto, este pueblo no me ha escuchado a mí.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Ciertamente los hijos de Jonadab, hijo de Recab, tuvieron por firme el mandamiento que les dio su padre; mas este pueblo no me ha obedecido.

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Jeremías 35:16
8 Tagairtí Cros  

Isboset tenía a su servicio a Baná y a Recab, que habían comandado bandas de ladrones. Baná y a Recab eran hijos de Rimón el berotita; por lo tanto eran benjaminitas, pues el pueblo de Berot era considerado como parte de la tribu de Benjamín, aunque sus habitantes habían huido a Guitayin, y se habían quedado viviendo allí.


Hasta los animales —el burro y el buey— conocen a su amo y agradecen sus cuidados, ¡pero no así mi pueblo Israel! Haga lo que haga por ellos, les tiene sin cuidado.


No beben vino porque su padre se lo prohibió. Pero yo les he hablado a los habitantes de Judá e Israel una y otra vez y no quieren escuchar ni obedecer.


El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel dice: Aun ahora, si abandonan su mala conducta los dejaré permanecer en su tierra.


»El hijo respeta a su padre y el esclavo a su amo. Yo, el Señor Todopoderoso, sin embargo les pregunto a ustedes, sacerdotes, que no le dan ninguna importancia a mi gran fama: “Si soy su Padre, ¿por qué no me respetan? Si soy su Amo, ¿por qué no me tienen temor?”. »Pero ustedes aún se atreven a preguntar: “¿Cuándo hemos tenido en nada tu gran fama?”.