Yo los aceptaré como pueblo mío, y seré el Dios de ellos. Y ellos sabrán que yo soy el Señor su Dios, que los he rescatado de los egipcios.
Jeremías 30:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Y ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios». Biblia Católica (Latinoamericana) Y ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces me seréis por pueblo, Y Yo seré vuestro Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios. |
Yo los aceptaré como pueblo mío, y seré el Dios de ellos. Y ellos sabrán que yo soy el Señor su Dios, que los he rescatado de los egipcios.
Pues cuando los liberé de la esclavitud de Egipto les dije que si me obedecían y hacían cuanto yo les mandara, ellos y sus descendientes me pertenecerían y yo sería su Dios.
Les daré un corazón que esté en sintonía con mi voluntad. Serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque con gran alegría volverán a mí.
En aquel tiempo, dice el Señor, todas las familias de Israel me reconocerán como su Señor; se comportarán como pueblo mío.
Este es el nuevo convenio que voy a celebrar con ellos: Grabaré mis instrucciones en el corazón de ellos, para que tengan la voluntad de honrarme; entonces serán verdaderamente pueblo mío y yo seré su Dios.
para que puedan seguir con gusto mis instrucciones y ser mi pueblo, y yo seré su Dios.
Y vivirán en Israel, la tierra que yo di a sus antepasados hace tanto tiempo. Y serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Y viviré para siempre entre ellos. Sí, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
»¡En aquel tiempo yo plantaré y cuidaré a Israel en la tierra sólo para mí! Me compadeceré de “la no compadecida” y le diré a Loamí: “Tú eres mi pueblo”, y él me responderá: “¡Tú eres mi Dios!”».
A este tercio restante lo someteré a una dura prueba, será como hacerlo pasar por el fuego para purificarlo, así como se hace con el oro y la plata para refinarlos. Entonces se dirigirán a mí con oraciones fervientes y yo les pondré atención. Diré: “¡Este es mi pueblo!”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.
Yo los haré volver a su casa nuevamente, y ellos vivirán tranquilos en Jerusalén, y serán mi pueblo, y yo seré su Dios, un Dios justo y fiel».
“Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
Por eso, este es el pacto que haré con el pueblo de Israel después de aquellos días, —dice el Señor—: Escribiré mis leyes en su mente y en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Oí entonces que una potente voz gritaba desde el trono: «La casa de Dios está ahora entre los seres humanos, y él vivirá con ellos. Ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos, y será su Dios.