Y el Señor lo oyó, y respondió a su petición haciéndole regresar a Jerusalén y a su reinado. Por fin Manasés había comprendido que el Señor realmente es Dios.
Jeremías 29:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 En aquellos días cuando oren, yo escucharé. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; Biblia Nueva Traducción Viviente En esos días, cuando oren, los escucharé. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando me invoquen y vengan a suplicarme, yo los escucharé;' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y Yo os escucharé. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces, cuando me invoquéis y vengáis a suplicarme, os escucharé; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; |
Y el Señor lo oyó, y respondió a su petición haciéndole regresar a Jerusalén y a su reinado. Por fin Manasés había comprendido que el Señor realmente es Dios.
Señor, tú conoces el anhelo de los desvalidos. Ciertamente escucharás sus clamores y los consolarás.
Él cumple los deseos de quienes le temen; escucha su clamor de auxilio y los rescata.
Confía en mí en tus tribulaciones para que yo te libre y puedas darme la gloria.
Señor, angustiados te buscaron. Cuando les llegó tu castigo, entonces exhalaron su temerosa oración.
¡Oh, pueblo mío de Jerusalén, no llores más, pues al oír el clamor de tu llanto él derramará su gracia sobre ustedes, él les responderá!
Yo les responderé aun antes de que me invoquen; mientras estén aún contándome sus necesidades, yo procederé a contestar sus súplicas.
Lágrimas de gozo les correrán por las mejillas, y con mucha suavidad los conduciré a su hogar. Andarán junto a serenas corrientes de agua sin tropezar. Porque yo soy Padre para Israel, y Efraín es mi hijo mayor.
Pregúntame y yo te revelaré algunos importantes secretos acerca de lo que habrá de ocurrir aquí.
Entonces, sollozando, los pueblos de Israel y Judá se reunirán y buscarán al Señor su Dios.
¡Adelante, los que escaparon a las heridas de las espadas! ¡No se queden para mirar; huyan mientras sea tiempo! ¡Acuérdense del Señor y vuelvan a la lejana Jerusalén!
»El Señor Dios dice: ¡Yo estoy listo para oír las oraciones de Israel por estas bendiciones y estoy presto concederles sus peticiones!
Todo aquel que es sabio y prudente entenderá estas cosas. Todo aquel que es inteligente, que escuche y siga mis consejos. Pues los senderos del Señor son verdaderos y justos, y las personas buenas caminan por ellos. Pero la gente mala se pierde en sus propios malos pasos.
A este tercio restante lo someteré a una dura prueba, será como hacerlo pasar por el fuego para purificarlo, así como se hace con el oro y la plata para refinarlos. Entonces se dirigirán a mí con oraciones fervientes y yo les pondré atención. Diré: “¡Este es mi pueblo!”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.