Sedequías hijo de Quenaná, que era uno de los falsos profetas, hizo unos cuernos de hierro y declaró: ―El Señor promete que con estos cuernos cornearás a los sirios hasta destruirlos.
Jeremías 28:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Jananías, el falso profeta, le quitó a Jeremías el yugo que llevaba al cuello y lo quebró. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces el profeta Hananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías, y lo quebró. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el profeta Hananías quitó el yugo del cuello de Jeremías y lo hizo pedazos. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces el profeta Ananías tomó el yugo que el profeta Jeremías llevaba sobre el cuello y lo rompió;' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces el profeta Hananías quitó el yugo de la cerviz del profeta Jeremías, y lo rompió. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El profeta Jananías tomó entonces el yugo de encima del cuello del profeta Jeremías, lo rompió Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el profeta Hananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías y lo quebró. |
Sedequías hijo de Quenaná, que era uno de los falsos profetas, hizo unos cuernos de hierro y declaró: ―El Señor promete que con estos cuernos cornearás a los sirios hasta destruirlos.
Hazte un yugo y póntelo al cuello atado con correas como quien enyuga un buey para arar.
―El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, declara: ¡Los he librado de la opresión que sufrían bajo la dominación del rey de Babilonia!
y traeré de regreso al rey Jeconías, hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los demás cautivos que se encuentran desterrados en Babilonia, dice el Señor. Tengan por cierto que los libraré de la opresión que sufren de parte del rey de Babilonia.
¿Dónde están ahora aquellos profetas que te decían que el rey de Babilonia no vendría?
Cuando yo venga para quebrar el poder de Egipto será un día tenebroso en Tafnes también; una nube oscura la cubrirá y sus hijas serán llevadas cautivas.
»La actitud de Judá hacia mí ha sido orgullosa y arrogante. Lo digo yo, el Señor. Pero ustedes se atreven a preguntar: “¿Qué cosas malas hemos dicho contra ti?”.