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Jeremías 27:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Todas las naciones le servirán a Nabucodonosor y a sus hijos y nietos hasta que le llegue su turno de ser castigado, y entonces muchas naciones y poderosos reyes conquistarán Babilonia y la harán su esclava.

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Biblia Reina Valera 1960

Y todas las naciones le servirán a él, a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma tierra, y la reduzcan a servidumbre muchas naciones y grandes reyes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Todas las naciones le servirán a él, a su hijo y a su nieto hasta que se acabe el tiempo de ellos. Entonces muchas naciones y grandes reyes conquistarán y dominarán a Babilonia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y todas las naciones dependerán de él, de su hijo y de su nieto, hasta que le llegue también el turno a su país; entonces los subyugarán poderosas naciones y grandes reyes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Todas las naciones le servirán pues a él, a su hijo y al hijo de su hijo, hasta que llegue el tiempo de su propia tierra también, y sea sometida por grandes naciones y poderosos reyes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Todas las naciones le servirán, a él, a su hijo y al hijo de su hijo, hasta que también a su país le llegue el tiempo en que naciones numerosas y reyes poderosos lo esclavicen.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y todas las naciones le servirán a él, y a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma tierra; y entonces muchas naciones y grandes reyes se servirán de él.

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Jeremías 27:7
29 Tagairtí Cros  

Pero el Señor se ríe de quienes traman contra los justos, pues sabe que para aquellos viene el día del juicio.


Esta es la visión que Dios le mostró a Isaías, hijo de Amoz, respecto a la caída de Babilonia.


todavía están por ser llevados a Babilonia y allá se quedarán hasta que yo los mande traer. Después los volveré a traer de regreso a Jerusalén.


Este es el mensaje del Señor que llegó a Jeremías cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, y todos sus ejércitos de todos los reinos que gobernaba, llegaron a combatir contra Jerusalén y las ciudades de Judá:


Entregaré al faraón Hofra, rey de Egipto, en manos de quienes procuran matarlo, así como entregué a Sedequías, rey de Judá, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia.


Entonces el Señor dio a Jeremías este mensaje respecto a la venida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para atacar a Egipto:


El veinticinco de febrero, el año treinta y siete del cautiverio de Joaquín, rey de Judá, en Babilonia, Evil Merodac, que ese año comenzó a reinar en Babilonia, bondadosamente sacó de la cárcel al rey Joaquín.


Y entonces fortaleceré los brazos del rey de Babilonia y colocaré mi espada en su mano. Pero quebraré los brazos del faraón, rey de Egipto, y él gemirá delante del rey de Babilonia como uno que ha sido herido de muerte.


Su Majestad tiene dominio sobre muchos reyes, pues el Dios del cielo le ha dado su reino, poder, fuerza y gloria.


ese árbol, Su Majestad, es usted. Pues ha crecido poderoso y alto; su grandeza llega al cielo y su reino hasta los fines de la tierra.


»De repente, aquellos a quienes oprimiste se levantarán contra ti. Se vengarán de ti y te quitarán todos tus bienes.


¡Te pagarán con tu misma moneda! Así como tú robaste a muchas naciones, habrá naciones que te robarán a ti. De esa manera pagarás por toda tu violencia, por todos los crímenes que cometiste en las ciudades del país.


Y otro ángel que lo seguía gritaba: «¡Cayó Babilonia! ¡Cayó la gran ciudad que sedujo a las naciones a participar del vino de su adulterio!».


La gran ciudad de Babilonia quedó dividida en tres partes, y las ciudades de todo el mundo se desplomaron. ¡Los pecados de la gran Babilonia se agolparon en la memoria de Dios y la ciudad tuvo que sorber como castigo el vino del ardor de su ira!