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Jeremías 26:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

destruiré este templo, como destruí el templo de Siló, y haré que sobre Jerusalén se digan toda clase de tristes historias, como ciudad maldecida.

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Biblia Reina Valera 1960

yo pondré esta casa como Silo, y esta ciudad la pondré por maldición a todas las naciones de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

entonces destruiré este templo así como destruí a Silo, el lugar donde estaba el tabernáculo. Y haré que Jerusalén se convierta en objeto de maldición en cada nación de la tierra’”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

trataré a este templo como traté al santuario de Silo, y pondré a Jerusalén como ejemplo; todas las naciones de la tierra reconocerán que yo la maldije.

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La Biblia Textual 3a Edicion

reduciré esta Casa como Silo, y esta ciudad será objeto de maldición para todas las naciones de la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

entonces haré de este templo como del de Siló, y haré de esta ciudad una maldición para todas las naciones de la tierra.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

yo pondré esta casa como Silo, y a esta ciudad la pondré por maldición a todas las naciones de la tierra.

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Jeremías 26:6
20 Tagairtí Cros  

Por eso es que he destituido a sus sacerdotes y destruido a Israel, exponiéndolo a la vergüenza.


Su nombre será anatema entre mi pueblo, porque el Señor Dios los matará y a sus siervos fieles les dará otro nombre.


Los haré repulsivos para todas las naciones de la tierra, y serán objeto de burla, mofa y maldición dondequiera que yo los obligue a ir.


Fui a Jerusalén y a las ciudades de Judá, y sus reyes y príncipes bebieron de la copa, de modo que desde entonces han estado en desolación, detestados y maldecidos, hasta el día de hoy.


Los esparciré por la superficie de la tierra y en toda nación en donde yo les ponga recibirán ofensas, silbidos y burlas,


Su destino se convertirá en símbolo de todo mal, de modo que cuando alguien quiera maldecir a otro le dirá: “¡El Señor permita te acontezca como a Sedequías y a Acab, a quienes el rey de Babilonia quemó vivos!”.


»Porque el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: Así como mi ira y mi furia cayeron sobre el pueblo de Jerusalén, así caerá sobre ustedes cuando entren en Egipto. Los recibirán con disgusto y odio, los maldecirán y afrentarán, y jamás volverán a ver su patria.


Fue por no poder soportar más todas las maldades que cometían que él desoló su tierra, convirtiéndola en increíble ruina, reseca, despoblada, tal como está hoy.


Todos los que pasan por el camino al verte aplauden en son de burla; entre silbido y muecas, dicen: «¿Es esta la ciudad a la que llaman Hermosa, supuestamente la alegría de toda la tierra?».


Todos tus enemigos abren la boca para hablar mal de ti; rechinando los dientes, se burlan diciendo: «¡La hemos destruido al fin! ¡Ha llegado el día que tanto esperábamos! ¡Por fin podemos verlo!».


Todo Israel ha desobedecido, nos hemos apartado de ti y no hemos hecho caso de tus consejos. Y así tu terrible juicio y castigo, escritos en la ley de Moisés tu servidor, han caído sobre nosotros, por causa de nuestras faltas.


Entonces el ángel me dijo: «Este rollo representa el castigo que vendrá sobre la tierra. Dice que todos los que roban y mienten han sido juzgados y sentenciados a muerte. En este rollo están registrados en un lado los robos y en el otro los falsos juramentos.


Su predicación hará que los padres y los hijos se reconcilien, que lleguen a compartir las mismas buenas intenciones y sean impulsados por las mismas buenas motivaciones. Así, cuando yo llegue, no tendré que castigarlos, destruyendo completamente su país».