Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Jeremías 26:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Porque tal vez escuchen y se detengan de hacer tantas maldades y entonces pueda yo aguantarme de darles el castigo que se merecen por sus malas acciones.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Quizá oigan, y se vuelvan cada uno de su mal camino, y me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Quizá te escuchen y se aparten de sus malos caminos. Entonces cambiaré de parecer acerca del desastre que estoy por derramar sobre ellos a causa de sus pecados”.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Puede ser que al escucharte se conviertan del mal que están haciendo. En tal caso, yo también renunciaré al castigo que pensaba darles por sus malas obras.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Quizá oigan, y cada uno se convierta de su perverso camino, y Yo desista del mal que había pensado hacerles por la maldad de sus obras.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tal vez escuchen y se convierta cada uno de su mala conducta, y entonces me arrepentiré de la desgracia que pensaba causarles por la maldad de sus obras'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Quizá oirán, y se volverá cada uno de su mal camino; y me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Jeremías 26:3
15 Tagairtí Cros  

Cuando Acab oyó estas profecías, se vistió con ropa áspera y ayunó. No se quitaba esa ropa para dormir, y andaba deprimido.


«¿Ves cómo se ha humillado Acab delante de mí? Por cuanto él ha hecho esto, no haré lo que anuncié durante su vida. Pero enviaré la desgracia a su familia durante el reinado de su hijo».


Pero si dejan de cometer tantas maldades y comienzan a seguir las instrucciones del Señor su Dios, él revocará todo el castigo que ha anunciado contra ustedes.


Pero, ¿lo mataron acaso el rey Ezequías y el pueblo por decir eso? No, sino que dejaron sus actos malvados y rindieron homenaje al Señor y le suplicaron que tuviera misericordia de ellos. Y el Señor no les envió el terrible castigo que les había preparado. Si por comunicarnos los mensajes de Dios matamos a Jeremías, ¡quién sabe qué nos hará el Señor!


Quizá cuando el pueblo de Judá vea por escrito todas las terribles cosas que voy a hacerles, se arrepientan, y entonces podré perdonarlos.


Quizá todavía se vuelvan de sus malas conductas y le pidan al Señor perdón antes que sea demasiado tarde, aunque ya se les hayan echado estas predicciones de castigo de Dios.


pues son muy testarudos. Así que ahora haz una demostración para mostrarles cómo será el estar exiliados. Empaqueta todo lo que puedas llevar sobre tus espaldas y deja tu hogar para ir a otra parte. Vete de día para que ellos te vean, pues quizás aún ahora ellos se preguntarán lo que esto significa, aun cuando son tan testaduros.


»Pero si una persona perversa se aparta de todas sus maldades y comienza a conducirse de acuerdo con mis instrucciones y a hacer lo que es justo y recto, sin duda seguirá viviendo y no la haré morir.


No dejaré que mi cólera se desate contra Efraín y lo destruya, pues yo soy Dios y no un hombre. Yo soy el Santo que vivo entre ustedes, y no he venido para destruirte».


Tal vez cambie de parecer y los perdone, y los bendiga en vez de castigarlos. Quizá haga que la tierra vuelva a producir en abundancia, de modo que tengan cereales y vino para que le presenten sus ofrendas.


Se quejó de ello ante el Señor: ―Señor, esto es exactamente lo que pensé que harías, cuando todavía estaba en mi tierra y me dijiste que viniera a Nínive. Por esta razón hui a Tarsis. Yo sabía que eres un Dios compasivo, misericordioso, que te cuesta mucho enojarte y que eres lleno de bondad. Yo sabía que con facilidad dejarías la idea de destruir a este pueblo.