Llegaron aun a sacrificar en el fuego a sus propios hijos e hijas como ofrenda a sus dioses, consultaron a adivinos, practicaron la magia y se vendieron a sí mismos al mal. Por eso el Señor se enojó con ellos.
Jeremías 25:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero no quieren escuchar; tercos, me han enfurecido con sus ídolos. Así se han hecho merecedores de todo el mal que se les ha venido encima. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero no me habéis oído, dice Jehová, para provocarme a ira con la obra de vuestras manos para mal vuestro. Biblia Nueva Traducción Viviente »Pero ustedes no querían escucharme —dice el Señor—. Me pusieron furioso al rendir culto a ídolos hechos con sus propias manos y trajeron sobre ustedes todos los desastres que ahora sufren. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero ustedes se negaron a oírme, dice Yavé; más aún, me han hecho enojar con esas obras, para su propia desgracia. La Biblia Textual 3a Edicion No me escuchasteis, dice YHVH, y me habéis provocado a ira con la obra de vuestras manos para vuestro propio mal. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero no me habéis escuchado -oráculo de Yahveh-, de modo que me habéis ofendido con las obras de vuestras manos para desgracia vuestra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero no me habéis oído, dice Jehová, para provocarme a ira con la obra de vuestras manos para vuestro propio mal. |
Llegaron aun a sacrificar en el fuego a sus propios hijos e hijas como ofrenda a sus dioses, consultaron a adivinos, practicaron la magia y se vendieron a sí mismos al mal. Por eso el Señor se enojó con ellos.
Porque han hecho grandes males y me han hecho enojar siempre, desde que traje a sus antepasados de Egipto».
El Señor les envió profetas, para que les advirtieran de su pecado y los animaran a volver a él, pero el pueblo no quiso oírlos.
»Pero a pesar de todo esto, fueron desobedientes y se rebelaron contra ti. Dejaron tu ley, dieron muerte a los profetas que les exhortaban a volver a ti, e hicieron muchas otras cosas abominables.
Pero el que me rechaza, se hace daño a sí mismo; el que me aborrece ama la muerte.
El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: ¡Sobre esta ciudad y sus pueblos aledaños traeré todo el mal que he anunciado, porque ciertamente se han negado a escuchar el consejo del Señor!
Cuando todo te iba bien te lo advertí, pero tú respondiste: «No me molestes». Así fuiste desde tu niñez; ¡de plano te niegas a escuchar!
Y ahora el Señor de los ejércitos dice: Como no me han escuchado, reuniré todos los ejércitos del norte al mando de Nabucodonosor, rey de Babilonia, a quien he nombrado mi representante, y los traeré a todos contra este país y su pueblo y contra las demás naciones cercanas a ustedes. Los destruiré totalmente y los convertiré en refrán burlesco para siempre.
porque se negaron a escucharme aunque les hablé una y otra vez mediante mis profetas.
Y ahora el Señor, el Dios de los ejércitos, el Dios de Israel, les pregunta: ¿Por qué se dañan tanto a sí mismos? ¡Porque si siguen obrando tan mal ninguno de ustedes vivirá: ni un solo hombre, mujer, niño o niña entre los que han venido acá desde Judá, ni siquiera los niños de brazos!
Porque están provocando mi cólera con los ídolos que han hecho y adorado allí en Egipto, ofreciéndoles agradables perfumes y provocándome a que los aniquile y los convierta en maldición y motivo de burla de todas las naciones de la tierra.
»¡No sean como sus antepasados! A ellos, los primeros profetas les rogaron en vano que dejaran de actuar de forma tan malvada. “¡Vamos, vuélvanse de nuevo en fieles devotos del Señor”, les decían en nombre del Señor. Pero no. Ellos no quisieron seguir la exhortación; no les hicieron caso a sus palabras.
Me han dado celos con sus ídolos, los cuales no son dioses. Ahora yo haré que sientan celos dando mi amor a las insensatas naciones gentiles que lo rodean.