esta nación nunca será destruida. Los descendientes de David serán nombrados reyes aquí en Jerusalén; nunca faltarán los reyes y príncipes que cabalguen con pompa y esplendor como señal de fuerza entre el pueblo y esta ciudad nunca será destruida.
Jeremías 22:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Si dejan las terribles acciones que están cometiendo, yo libraré a esta nación y otra vez le daré reyes que ocupen el trono de David, y habrá prosperidad para todos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque si efectivamente obedeciereis esta palabra, los reyes que en lugar de David se sientan sobre su trono, entrarán montados en carros y en caballos por las puertas de esta casa; ellos, y sus criados y su pueblo. Biblia Nueva Traducción Viviente Si me obedecen, siempre habrá un descendiente de David sentado en el trono aquí en Jerusalén. El rey entrará por las puertas del palacio en carros y a caballo, con su corte de ayudantes y súbditos. Biblia Católica (Latinoamericana) Si cumplen esto, entonces los reyes sucesores de David seguirán entrando por estas puertas, pasarán con sus carros y sus caballos, con su gente y con su pueblo. La Biblia Textual 3a Edicion Porque si de verdad obedecéis esta palabra, entonces entrarán por las puertas de esta casa reyes que se sienten sobre el trono de David, que monten en carros y caballos, ellos, sus siervos y su pueblo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque si de verdad cumplís esta orden, entonces por las puertas de esta casa entrarán reyes que se sienten en el trono de David, montados en carros y caballos, ellos, sus servidores y su pueblo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque si en verdad observáis estas palabras, los reyes que en lugar de David se sientan sobre su trono, entrarán montados en carros y en caballos por las puertas de esta casa, ellos, sus siervos y su pueblo. |
esta nación nunca será destruida. Los descendientes de David serán nombrados reyes aquí en Jerusalén; nunca faltarán los reyes y príncipes que cabalguen con pompa y esplendor como señal de fuerza entre el pueblo y esta ciudad nunca será destruida.
Oye este mensaje del Señor, rey de Judá, tú que ocupas el trono de David, y escuchen también tus servidores y tu pueblo.