Nabucodonosor se llevó a Babilonia al rey Joaquín, junto con sus esposas, sus funcionarios, y la reina madre, así como a los poderosos de la tierra.
Jeremías 22:26 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 A ti y a tu madre los echaré de este país, y morirán en país lejano. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Te haré llevar cautivo a ti y a tu madre que te dio a luz, a tierra ajena en que no nacisteis; y allá moriréis. Biblia Nueva Traducción Viviente Te expulsaré de esta tierra, a ti y a tu madre, y morirás en un país extranjero, no en tu tierra natal. Biblia Católica (Latinoamericana) y te echaré a ti y a tu madre, que te engendró, a otro país donde ustedes no nacieron, pero donde van a morir. La Biblia Textual 3a Edicion Y te arrojaré a ti y a tu madre, la que te dio a luz, a un país extraño, donde no nacisteis, y allí moriréis; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Te expulsaré a ti y a la madre que te dio a luz a otro país en donde no habéis nacido, y allí moriréis. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y te arrojaré a ti, y a tu madre que te dio a luz, a tierra extraña en donde no nacisteis; y allá moriréis. |
Nabucodonosor se llevó a Babilonia al rey Joaquín, junto con sus esposas, sus funcionarios, y la reina madre, así como a los poderosos de la tierra.
Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar en Judá, y reinó en Jerusalén sólo tres meses. Su madre fue Nejustá, hija de Elnatán, de Jerusalén.
El rey Joaquín, de Judá, fue puesto en libertad de su prisión el día veintisiete del mes doce del año treinta y siete de su cautiverio. Ese era el primer año del reinado de Evil Merodac, sobre Babilonia.
Joaquín dejó de vestir como un prisionero, y por el resto de su vida comió regularmente en la mesa del rey.
Además, el rey le daba cada día una ayuda económica para sus gastos. Joaquín recibió esa ayuda por el resto de su vida.
Porque el Señor que te permitió vestirte con tal magnificencia, te arrojará y te enviará en cautiverio. ¡Oh gran hombre,
Porque súbitamente los arrojaré de esta tierra y permitiré que les acontezcan grandes desgracias; por fin probarán mi cólera.
Díganles al rey y a la reina madre: Bajen de sus tronos a sentarse en el polvo, porque su cabeza ha quedado sin su linda corona, han perdido su poder.
Por lo tanto yo los echaré de esta tierra y serán llevados a la fuerza a tierras extrañas en donde ni ustedes ni sus antepasados estuvieron antes, y allá rendirán homenaje a sus ídolos. ¡Y no esperen que los perdone!
y traeré de regreso al rey Jeconías, hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los demás cautivos que se encuentran desterrados en Babilonia, dice el Señor. Tengan por cierto que los libraré de la opresión que sufren de parte del rey de Babilonia.
Jeremías les escribió una carta desde Jerusalén, dirigida a los consejeros judíos, a los sacerdotes y profetas y a todo el pueblo.
Ni uno de ellos escapará a mi cólera excepto los que se arrepientan de haber venido y huyan de los demás para volver a su propio país.