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Jeremías 22:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Lo enterrarán como si fuera un burro: lo sacarán de Jerusalén a rastras y lo echarán en el muladar más allá de los límites de la ciudad.

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Biblia Reina Valera 1960

En sepultura de asno será enterrado, arrastrándole y echándole fuera de las puertas de Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Será enterrado como un burro muerto: ¡arrastrado fuera de Jerusalén y arrojado fuera de las puertas!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Será enterrado como un burro, lo arrastrarán y lo tirarán fuera de las puertas de Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Lo enterrarán como un asno: Lo arrastrarán y lo tirarán fuera de las puertas de Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Será sepultado como lo es un asno: se le arrastrará y se le tirará fuera de las puertas de Jerusalén.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

En sepultura de asno será enterrado, arrastrándole y echándole fuera de las puertas de Jerusalén.

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Jeremías 22:19
13 Tagairtí Cros  

yo traeré el desastre sobre tu casa y acabaré con todos los varones de tu familia, tanto esclavos como libres. Barreré a tu familia, de la misma forma en que de un establo se barre el estiércol, sin que quede rastro alguno.


Joacim tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar en Judá, y reinó once años en Jerusalén. Su madre fue Zebudá, hija de Pedaías, de Rumá.


Cuando murió, le sucedió su hijo Joaquín.


Pero cuando salieron para sepultarla, encontraron solamente la calavera, los pies y las manos.


Por eso, Nabucodonosor, rey de Babilonia, conquistó Jerusalén y se lo llevó encadenado a Babilonia.


Si un hombre tiene cien hijos y otras tantas hijas y vive hasta muy anciano, pero al morir deja tan poco dinero que no le alcanza a sus hijos ni para enterrarlo decentemente, yo digo que mejor hubiera nacido muerto.


Cuatro clases de destructores les echaré encima: la espada que mata, los perros que destrozan, y los buitres y bestias salvajes que acaben con el resto.


Y ahora el Señor añade esto respecto a ti, Joacim, rey de Judá: Este no tendrá un heredero que ocupe el trono de David. Su cadáver será dejado sin sepultar a la intemperie, expuesto al ardiente sol y a las heladas noches,


lee tú el rollo en el templo el próximo día de Ayuno, porque ese día habrá allí gente de todo Judá.


Desenterrará sus huesos y los esparcirá por la tierra ante el sol, la luna y las estrellas, ¡dioses de mi pueblo, a quienes ellos han amado y adorado! Sus huesos no volverán a recogerse ni a enterrarse sino que serán esparcidos como estiércol en la tierra.


Entonces los ejércitos de las naciones vecinas se unieron y lo rodearon, viniendo de todos lados, lo atraparon en una fosa y lo capturaron.


Nunca llegarás a las ciudades; caerás derrotado en los campos abiertos, pues yo lo he decidido, dice el Señor Dios.