¡Ay del ser humano que lucha contra su Creador! ¿Acaso discute la vasija con su hacedor? ¿Disputa la arcilla con quien le da forma, diciéndole: «¡Alto, te has equivocado!»? ¿O exclama la vasija: «¡Qué torpe eres!»?
Jeremías 18:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Oh Israel, ¿acaso no puedo yo hacer contigo lo que este alfarero hace con su arcilla? Como la arcilla en las manos del alfarero, así estás tú en mis manos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente «¡Oh, Israel! ¿No puedo hacer contigo lo mismo que hizo el alfarero con el barro? De la misma manera que el barro está en manos del alfarero, así estás en mis manos. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo puedo hacer lo mismo contigo, pueblo de Israel; como el barro en la mano del alfarero, así eres tú en mi mano. La Biblia Textual 3a Edicion ¿No podré Yo hacer con vosotros, oh casa de Israel, como hace este alfarero? dice YHVH. He aquí, como es el barro en mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 '¿No puedo yo hacer con vosotros como este alfarero, casa de Israel? -oráculo de Yahveh-. Mirad: como la arcilla en mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, casa de Israel. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿No podré yo hacer con vosotros como este alfarero, oh casa de Israel, dice Jehová? He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. |
¡Ay del ser humano que lucha contra su Creador! ¿Acaso discute la vasija con su hacedor? ¿Disputa la arcilla con quien le da forma, diciéndole: «¡Alto, te has equivocado!»? ¿O exclama la vasija: «¡Qué torpe eres!»?
¡Y no obstante, oh Señor, tú eres nuestro Padre! Somos la arcilla y tú el alfarero: todos fuimos modelados por tu mano.
Pero la tinaja que estaba haciendo no le salió como quería; entonces la redujo a una bola de arcilla y de nuevo comenzó a darle forma.
»Luego vio al ángel vigilante, al Santo descendiendo del cielo y diciendo: “Derriben el árbol y destrúyanlo, pero dejen su tronco con sus raíces en la tierra rodeado de hierba, atado con una cadena de hierro y bronce. Dejen que se moje con el rocío del cielo. Por siete años déjenle comer hierba con los animales del campo”.
¿Quién podrá escudriñar los pensamientos del Señor? ¿Quién es su consejero?