―He pecado contra el Señor —contestó David a Natán. Natán le respondió: ―Sí, pero el Señor ya te ha perdonado; así que no morirás por este pecado.
Jeremías 14:20 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 »¡Oh Señor, confesamos nuestra gran maldad y también la de nuestros antepasados! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Reconocemos, oh Jehová, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres; porque contra ti hemos pecado. Biblia Nueva Traducción Viviente Señor, confesamos nuestra maldad y también la de nuestros antepasados; todos hemos pecado contra ti. Biblia Católica (Latinoamericana) Reconocemos, Yavé, nuestra maldad,
la deuda de nuestros padres
y que hemos pecado contra ti. La Biblia Textual 3a Edicion Reconocemos, oh YHVH, nuestra maldad, Y las iniquidades de nuestros padres, Porque contra ti hemos pecado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Reconocemos, Yahveh, nuestra maldad, la iniquidad de nuestros padres, pues hemos pecado contra ti. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Reconocemos, oh Jehová, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres: porque contra ti hemos pecado. |
―He pecado contra el Señor —contestó David a Natán. Natán le respondió: ―Sí, pero el Señor ya te ha perdonado; así que no morirás por este pecado.
Pero después que levantó el censo, la conciencia de David comenzó a molestarle, y oró al Señor: «Lo que he hecho es terrible. Perdóname, Señor, la maldad que he cometido».
se separaron de todos los extranjeros. Y puestos de pie confesaron sus pecados y los de sus antepasados.
Y el hombre le declarará a sus amigos: “Pequé, pero Dios me dejó libre.
Pero un día reconocí ante ti todos mis pecados y no traté de ocultarlos más. Dije para mí: «Se los voy a confesar al Señor». ¡Y tú me perdonaste! Toda mi culpa se esfumó.
¡Oh Señor, contra ti hemos cometido faltas gravísimas, pero ayúdanos por amor a tu propia magnífica fama!
Basta con que reconozcas tu culpa, reconoce que te rebelaste contra el Señor tu Dios y cometiste adulterio contra él, adorando ídolos debajo de cada árbol; confiesa que te negaste a seguir mis instrucciones, dice el Señor.
Aceptemos nuestra vergüenza y deshonra, que desde nuestra niñez nosotros y nuestros antepasados hemos pecado contra el Señor nuestro Dios, y que no le hemos obedecido».
Entonces el pueblo dirá: «¿Para qué esperar a morir aquí? Vengan, vamos a las ciudades protegidas y perezcamos allá. Porque el Señor Dios nuestro nos ha condenado a muerte y nos ha dado a beber copa de veneno por todas nuestras maldades.
¡Mira, oh Señor, mi angustia! ¡Mi corazón está quebrantado y todo mi ser desesperado por haberme rebelado contra ti! En las calles la espada de los enemigos mata a mis hijos y en casa sólo hay muerte.
¡Hemos actuado muy mal, hemos sido muy tercos, pero tú no has perdonado!
Nuestros antepasados obraron muy mal, pero murieron antes de que pudieran recibir su propio castigo. ¡Ahora a nosotros nos tocó el castigo que ellos merecían!
»”¡Oh Señor, nuestro Dios, tú trajiste gran fama a tu nombre al sacar a tu pueblo de Egipto con tu gran poder! Pero hemos cometido muchas maldades y estamos llenos de impiedad.
En la visión contemplaba cómo las langostas estaban acabando con todos los cultivos. Entonces dije: ―¡Señor mi Dios, te ruego que perdones a tu pueblo! ¡No les envíes esta plaga! Si tú te vuelves contra Israel, ¿qué esperanza queda? ¡Pues Israel es tan pequeño y débil y después de esta plaga les irá peor!