Luego dio órdenes al sacerdote Urías de usar el nuevo altar para los holocaustos de la mañana, para la ofrenda de cereal de la tarde, así como para el holocausto y la ofrenda de grano del rey, y para las ofrendas del pueblo, incluyendo sus ofrendas de vino. La sangre del holocausto y de los sacrificios tenía que rociarla sobre el nuevo altar. El antiguo altar fue dejado solamente para uso del rey.
Acaz, pídeme una señal para demostrarte que en realidad aplastaré a tus enemigos como lo tengo dicho. Pide lo que quieras que haga en cualquier lugar del globo terraqueo.
Así que vienen como si fueran sinceros y se sientan ante ti a escucharte. ¡Pero ellos no tienen ninguna intención de hacer lo que yo les diga! Hablan dulcemente de amar al Señor, pero con sus cabezas están pensando sólo en el robo.
De ahora en adelante, en lo que respecta a nosotros, más bien afirmaremos que los soberbios son dichosos. Porque es evidente que los que hacen el mal son los que prosperan y los que viven sin seguir las instrucciones de Dios salen bien librados de cualquier situación”».
Le dijo Pedro: —¿Por qué se pusieron de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? Detrás de esa puerta están los jóvenes que acaban de enterrar a tu esposo y ahora te sacarán también a ti.