El Señor contestó: ―Toma a Josué (hijo de Nun), quien tiene al Espíritu,
Hechos 6:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Presentaron entonces a estos siete ante los apóstoles, quienes oraron poniendo las manos sobre ellos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos. Biblia Nueva Traducción Viviente Estos siete hombres fueron presentados ante los apóstoles, quienes oraron por ellos y les impusieron las manos. Biblia Católica (Latinoamericana) Los presentaron a los apóstoles, quienes se pusieron en oración y les impusieron las manos. La Biblia Textual 3a Edicion a quienes presentaron delante de los apóstoles, y después de orar, les impusieron las manos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se los presentaron a los apóstoles y éstos, después de haber orado, les impusieron las manos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) A estos presentaron delante de los apóstoles, quienes orando, les impusieron las manos. |
El Señor contestó: ―Toma a Josué (hijo de Nun), quien tiene al Espíritu,
―Señor —le suplicaba—, mi hija se está muriendo. Ven y pon tus manos sobre ella, porque yo sé que puedes hacer que viva.
Luego oraron: «Señor, tú que conoces los corazones, muéstranos a cuál de estos hombres has escogido
Después de ayunar y orar, pusieron las manos sobre ellos y los despidieron.
Y cuando Pablo les puso las manos sobre la cabeza, el Espíritu Santo vino sobre ellos y hablaron en lenguas y profetizaron.
Entonces Pedro y Juan pusieron las manos sobre los creyentes y ellos recibieron el Espíritu Santo.
yo le he mostrado en visión a un hombre llamado Ananías que se le acerca y le pone las manos en la cabeza para que recupere la vista.
Ananías obedeció. Al llegar a donde estaba Saulo, le puso las manos encima y le dijo: ―Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
Josué (hijo de Nun) estaba lleno del espíritu de sabiduría porque Moisés había impuesto sus manos sobre él; el pueblo de Israel le obedeció y siguió los mandamientos que el Señor le había dado a Moisés.
No dejes de ejercitar el don que recibiste por medio de una profecía, cuando los ancianos de la iglesia impusieron las manos sobre ti.
No impongas con ligereza las manos a nadie, porque corres el peligro de hacerte cómplice de pecados ajenos. Consérvate limpio de pecado.
Por eso te aconsejo que avives la llama del don que Dios te dio cuando puse las manos sobre ti.
Dejemos ya lo que se refiere al bautismo, la imposición de manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno.