Entonces Sedequías hijo de Quenaná, se acercó a Micaías y lo golpeó en el rostro. ―¿Desde cuándo el Espíritu del Señor ha dejado de hablarme a mí, para hablarte a ti?
Hechos 23:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces el jefe de los sacerdotes, Ananías, ordenó a los que estaban cerca de Pablo, que lo golpearan en la boca. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El sumo sacerdote Ananías ordenó entonces a los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca. Biblia Nueva Traducción Viviente Al instante, Ananías, el sumo sacerdote, ordenó a los que estaban cerca de Pablo que lo golpearan en la boca. Biblia Católica (Latinoamericana) A este punto el sumo sacerdote Ananías ordenó a sus asistentes que le golpearan en la boca. La Biblia Textual 3a Edicion Pero el sumo sacerdote Ananías mandó a los que estaban° junto a él que le golpearan la boca. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero el sumo sacerdote Ananías ordenó a los que estaban junto a él que le pegaran en la boca. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el sumo sacerdote Ananías, mandó a los que estaban delante de él, que le golpeasen en la boca. |
Entonces Sedequías hijo de Quenaná, se acercó a Micaías y lo golpeó en el rostro. ―¿Desde cuándo el Espíritu del Señor ha dejado de hablarme a mí, para hablarte a ti?
Entonces Sedequías hijo de Quenaná se acercó a Micaías y le pegó una cachetada. ―¡Eres un mentiroso! —vociferó—. ¿Cuándo fue que el espíritu de Dios me dejó para entrar en ti?
La gente se mofa de mí abiertamente; burlones, me dan de bofetadas, y todos juntos se ponen en mi contra.
lo prendió y ordenó que le dieran una paliza y que lo pusieran en un calabozo, en la cárcel que está en la puerta de la ciudad conocida como de Benjamín, cerca del templo.
¡Jerusalén, ciudad guerrera, prepárate para la guerra, refuerza tus murallas pues nos han sitiado y el gobernante de Israel será humillado y maltratado!
Cuando Jesús dijo esto, uno de los guardias que estaba allí cerca le dio una bofetada y le dijo: ―¿Así le contestas al sumo sacerdote?
Jesús respondió: ―Si he dicho algo malo, dime qué fue. Pero si lo que dije está bien, ¿por qué me pegas?
Cinco días después, llegó el jefe de los sacerdotes, Ananías, acompañado de algunos de los ancianos y de un abogado llamado Tértulo. Ellos fueron ante el gobernador para acusar a Pablo.