Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Hechos 22:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Yo pregunté: “¿Quién eres, Señor?”. »Él me contestó: “Yo soy Jesús de Nazaret, al que tú persigues”.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

»“¿Quién eres, señor?”, pregunté. »Y la voz contestó: “Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues”.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo respondí: '¿Quién eres, Señor?' Y él me dijo: 'Yo soy Jesús el Nazareno, a quien tú persigues.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Me dijo: Yo soy Jesús el nazareno, a quién tú persigues.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yo respondí: '¿Quién eres tú, Señor?'. Y me dijo: 'Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quién tú persigues.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Hechos 22:8
16 Tagairtí Cros  

El Señor Todopoderoso me ha enviado a decirles a las naciones que los oprimieron: «¡El que hace daño a mi pueblo lo pagará muy caro! ¡Quien daña a Israel es como si lastimara la niña de mis ojos!


y se fueron a vivir a un lugar llamado Nazaret. Así se cumplieron las predicciones de los profetas que afirmaban que Jesús sería llamado nazareno.


»Yo, el Rey, les responderé: “Todo lo que hicieron a mis hermanos necesitados a mí me lo hicieron”.


»Y les responderé: “Cada vez que se negaron a ayudar a uno de mis hermanos necesitados, se estaban negando a ayudarme”.


―¡Señor, no! —exclamó Pedro—. Jamás he comido animales impuros o inmundos.


Caí al suelo y escuché una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”.


»Yo mismo estaba convencido de que debía hacer todo lo posible por destruir el nombre de Jesús de Nazaret.


―No tengo dinero que darte —continuó Pedro—. Pero te daré lo que tengo. ¡En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y camina!


permítanme declarar ante ustedes y ante todo el pueblo de Israel que este hombre recibió la sanidad en el nombre y mediante el poder de Jesucristo de Nazaret, a quien ustedes crucificaron pero a quien Dios resucitó. Gracias a él, este hombre está hoy aquí sano.


―Le oímos decir —declararon— que Jesús de Nazaret destruirá el templo y cambiará las leyes de Moisés.


El cuerpo humano, aunque es uno, está compuesto de muchos miembros; y esos miembros, aunque son muchos, forman un solo cuerpo. Lo mismo sucede con el cuerpo de Cristo.


«Haz lo que te piden —respondió el Señor—, porque no te están rechazando a ti sino a mí. Ellos no quieren que yo sea su rey.