y le preguntó: ―Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes, y a dónde vas? ―Estoy huyendo de Saray, mi dueña —respondió Agar.
Hechos 22:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Caí al suelo y escuché una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Biblia Nueva Traducción Viviente Caí al suelo y oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Biblia Católica (Latinoamericana) Caí al suelo y oí una voz que me decía: 'Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?' La Biblia Textual 3a Edicion y caí al suelo y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo,° ¿por qué me persigues? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Caí a tierra y oí una voz que me decía: 'Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? |
y le preguntó: ―Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes, y a dónde vas? ―Estoy huyendo de Saray, mi dueña —respondió Agar.
Después de algunos años, Dios sometió a Abraham a una prueba. ―¡Abraham! —llamó Dios. ―Aquí estoy —respondió Abraham.
En ese momento, el ángel del Señor le gritó desde el cielo: ―¡Abraham! ¡Abraham! ―Aquí estoy —contestó Abraham.
Por eso sigo en mi pleito contra ustedes, el cual continuaré incluso contra sus descendientes en los años venideros.
»Y les responderé: “Cada vez que se negaron a ayudar a uno de mis hermanos necesitados, se estaban negando a ayudarme”.
―¿Por qué? —exclamó Pilato asombrado—. ¿Qué delito ha cometido? Pero la multitud, enardecida, no cesaba de gritar: ―¡Crucifícalo!, ¡crucifícalo!
»Pero cuando iba en camino y ya me acercaba a Damasco, como a eso del mediodía, de repente una intensa luz del cielo relampagueó a mi alrededor.
Yo pregunté: “¿Quién eres, Señor?”. »Él me contestó: “Yo soy Jesús de Nazaret, al que tú persigues”.
Cayó al suelo y escuchó una voz que le decía: ―Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Antes, yo me burlaba de su nombre, perseguía a sus seguidores y era un insolente. Pero Dios tuvo misericordia de mí, porque, como era incrédulo, no sabía lo que hacía.
Y el Señor volvió a llamarlo como antes: ―Samuel, Samuel. Y Samuel respondió: ―Habla, Señor, que tu siervo escucha.