Entonces los despidió y se dispersaron.
Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea.
Entonces los despidió y ellos se dispersaron.
Y dicho esto, disolvió la asamblea.
Y dicho esto, disolvió la reunión.
Tú calmaste el rugido de los mares, el estruendo de las olas, y el tumulto de los pueblos.
Pero aun así, las serenas palabras del sabio son mejores que los clamores del rey de los necios.
Tenemos que evitar que se nos acuse de armar alborotos, ya que no tenemos ninguna excusa que los justifique.
Después que cesaron los disturbios, Pablo mandó buscar a los discípulos y, cuando los hubo animado, se despidió de ellos y salió hacia Macedonia.