Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Hechos 14:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Ese hombre estaba muy atento a la predicación de Pablo. Este, al notarlo, comprendió que aquel hombre tenía suficiente fe para obtener su sanidad.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado,

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

escuchando mientras Pablo predicaba. Pablo lo miró fijamente y se dio cuenta de que el hombre tenía fe para ser sanado.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Un día, como escuchaba el discurso de Pablo, éste fijó en él su mirada y vio que aquel hombre tenía fe para ser sanado.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Éste oyó hablar a Pablo, el cual, fijando sus ojos en él, y viendo que tenía° fe para ser sanado,

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Este hombre escuchaba a Pablo, quien, fijándose en él y viendo que tenía fe para ser curado,

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Este oyó hablar a Pablo; el cual, fijando sus ojos en él, y viendo que tenía fe para ser sanado,

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Hechos 14:9
13 Tagairtí Cros  

Por causa de la incredulidad de la gente no hizo allí muchos milagros.


―¡Tu fe es extraordinaria! —le dijo Jesús—. Conviértanse en realidad tus deseos. Y su hija sanó en aquel mismo instante.


Al oír esto, Jesús se maravilló y les dijo a quienes lo seguían: ―¡En todo Israel no he hallado una fe tan grande como la de este hombre!


Jesús se volvió y le dijo: ―Hija, tu fe te ha sanado. Vete tranquila. Y la mujer sanó en aquel mismo momento.


Jesús le dijo: ―Puedes irte, tu fe te ha sanado. Instantáneamente el ciego vio; y siguió a Jesús en el camino.


Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: ―Hijo, tus pecados quedan perdonados.


Jesús le colocó de nuevo las manos sobre los ojos, y el hombre miró fijamente y pudo ver todo con claridad.


Cornelio se quedó mirándolo lleno de temor. ―¿Qué quieres, Señor? —le preguntó al ángel mirándolo fijamente. ―Dios no ha pasado por alto tus oraciones ni tus limosnas.


Los apóstoles lo miraron fijamente. ―¡Míranos! —le dijo Pedro.