Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Hechos 13:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Al final de su carrera, Juan declaró: “¿Creen ustedes acaso que soy el Mesías? ¡No! Pero él vendrá pronto. En comparación con él yo no valgo nada”.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Mas cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy? No soy yo él; mas he aquí viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de los pies.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando estaba en los últimos días de su ministerio, Juan preguntó: “¿Creen ustedes que yo soy el Mesías? No, ¡no lo soy! Pero él pronto viene, y yo ni siquiera soy digno de ser su esclavo ni de desatarle las sandalias de sus pies”.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Y cuando estaba para terminar su carrera, Juan declaró: 'Yo no soy el que ustedes piensan, pero detrás de mí viene otro al que yo no soy digno de desatarle la sandalia.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y cuando Juan terminaba la carrera, decía: ¿Qué° pensáis que soy yo? No soy yo;° sino que detrás de mí viene uno de quien no soy digno de desatar la sandalia de sus pies.°

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Estando ya Juan a punto de terminar su carrera, declaró: 'Yo no soy lo que pensáis que soy; sino que detrás de mí viene aquel de quien yo no soy digno de desatar la sandalia de los pies'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy yo? No soy yo Él. Mas, he aquí, viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de sus pies.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Hechos 13:25
19 Tagairtí Cros  

»Yo bautizo con agua a los que se arrepienten de sus pecados; pero después de mí vendrá alguien que es más poderoso que yo y él bautizará con el Espíritu Santo y fuego. ¡Yo ni siquiera soy digno de desatar sus zapatos!


Predicaba de esta manera: «Pronto vendrá alguien más poderoso que yo, y ni siquiera soy digno de agacharme ante él para desatar la correa de sus sandalias.


Al día siguiente Juan vio que Jesús se acercaba a él, y exclamó: «¡Aquí viene el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!


Yo lo he visto y por eso les aseguro que este es el Hijo de Dios».


Cuando vio que Jesús pasaba por allí, dijo: ―¡Aquí viene el Cordero de Dios!


Jesús les explicó: ―Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y terminar el trabajo que me dio.


El que habla por su cuenta busca su propia gloria. Por el contrario, el que busca la gloria del que lo envió es una persona justa y dice la verdad.


»Por cierto, después que David sirvió a su generación de acuerdo con la voluntad de Dios, murió, fue enterrado con sus antepasados y su cuerpo se descompuso.


Entonces Pablo les explicó que el bautismo de Juan era para el arrepentimiento, y que Juan había enseñado que era necesario creer en aquel que venía después de él, es a saber, Jesús el Mesías.


No me importa cuánto haya de sufrir ni trato de salvar mi vida. Lo único que me importa es terminar con gozo mi carrera y la tarea que me señaló el Señor Jesús: dar testimonio del inmenso amor de Dios.


Nosotros no predicamos acerca de nosotros mismos; anunciamos que Jesucristo es el Señor. Lo único que decimos de nosotros es que somos siervos de ustedes por amor a Jesús.


He peleado la buena batalla, he llegado al final de la carrera y me he mantenido fiel.


Cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia que surge del abismo les declarará la guerra, los vencerá y los matará.