¡José está vivo! —exclamaron al contárselo—. Es el gobernador de toda la tierra de Egipto. Jacob se quedó pasmado, y no les creía.
Hechos 12:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces Pedro salió de la prisión tras el ángel. Aquello no le parecía real; para él no era más que una visión. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que Pedro salió de la celda y siguió al ángel, pero todo el tiempo pensaba que era una visión; no se daba cuenta de que en verdad eso estaba sucediendo. Biblia Católica (Latinoamericana) Pedro salió tras él; no se daba cuenta de que lo que estaba ocurriendo con el ángel era realidad, y todo le parecían visiones. La Biblia Textual 3a Edicion Y saliendo, lo seguía; pero no entendía que lo que estaba sucediendo por medio del ángel era° real, sino que suponía estar viendo una visión. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Salió tras él, sin saber si era verdad lo que el ángel hacía; más bien le parecía estar viendo una visión. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y saliendo, le seguía; y no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía visión. |
¡José está vivo! —exclamaron al contárselo—. Es el gobernador de toda la tierra de Egipto. Jacob se quedó pasmado, y no les creía.
Cuando el Señor hizo volver a Sion a los cautivos, ¡fue como un sueño!
Pedro quedó perplejo. ¿Qué significaría aquella visión? En aquel preciso momento, los hombres de Cornelio ya habían encontrado la casa y estaban de pie a la puerta,
Un día tuvo una visión. Eran aproximadamente las tres de la tarde. En la visión vio a un ángel de Dios que se le acercaba. ―¡Cornelio! —le dijo el ángel.
―Un día, en Jope —les dijo—, mientras oraba, se me presentó una visión: del cielo bajaba un gran lienzo atado por las cuatro puntas.
«¡Vístete y ponte el calzado! —le ordenó el ángel—. Ponte ahora el manto y sígueme».
Vivía en Damasco un discípulo llamado Ananías, y el Señor le habló en visión: ―¡Ananías! ―Aquí estoy, Señor —respondió.
Por la fe, Abraham, cuando fue llamado para ir al lugar que iba a recibir como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba.