»Yo bautizo con agua a los que se arrepienten de sus pecados; pero después de mí vendrá alguien que es más poderoso que yo y él bautizará con el Espíritu Santo y fuego. ¡Yo ni siquiera soy digno de desatar sus zapatos!
Hechos 12:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 «¡Vístete y ponte el calzado! —le ordenó el ángel—. Ponte ahora el manto y sígueme». Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. Biblia Nueva Traducción Viviente Después, el ángel le dijo: «Vístete y ponte tus sandalias». Pedro lo hizo, y el ángel le ordenó: «Ahora ponte tu abrigo y sígueme». Biblia Católica (Latinoamericana) El ángel le dijo en seguida: 'Ponte el cinturón y las sandalias. Así lo hizo, y el ángel agregó: 'Ponte el manto y sígueme. La Biblia Textual 3a Edicion El ángel le dijo: Cíñete y átate las sandalias. Así lo hizo. Y le dice: Ponte el manto y sígueme. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El ángel le dijo: 'Ponte el cinturón y átate las sandalias'. Él lo hizo así. Añadió el ángel: 'Cúbrete con el manto y sígueme'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el ángel le dijo: Cíñete, y átate tus sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. |
»Yo bautizo con agua a los que se arrepienten de sus pecados; pero después de mí vendrá alguien que es más poderoso que yo y él bautizará con el Espíritu Santo y fuego. ¡Yo ni siquiera soy digno de desatar sus zapatos!
Dichosos los sirvientes a los que su señor encuentre atentos a su llegada. Les aseguro que se ajustará la ropa, hará que los sirvientes se sienten a la mesa y él mismo se pondrá a servirles.
una luz repentina inundó la celda y un ángel del Señor se paró junto a Pedro. El ángel, tras darle unas palmadas en el costado para despertarlo, le dijo: «¡Levántate! ¡Rápido!». Y las cadenas se le cayeron de las manos.
Entonces Pedro salió de la prisión tras el ángel. Aquello no le parecía real; para él no era más que una visión.
Anoche se me apareció un ángel de Dios, el Dios al que sirvo y al que pertenezco.
Un ángel del Señor le dijo a Felipe: «Ve hacia el sur por el camino desierto que va de Jerusalén a Gaza».