Así dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que humille a tus enemigos poniéndolos por estrado de tus pies.
Hebreos 1:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¿Acaso Dios le dijo jamás a un ángel: «Siéntate a mi derecha, hasta que coloque a tus enemigos bajo tus pies»? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? Biblia Nueva Traducción Viviente Además, Dios nunca le dijo a ninguno de los ángeles: «Siéntate en el lugar de honor a mi derecha, hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies». Biblia Católica (Latinoamericana) A ninguno de sus ángeles dijo Dios: Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como tarima de tus pies. La Biblia Textual 3a Edicion Y, ¿a cuál de los ángeles dijo alguna vez: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?° Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿A cuál de los ángeles ha dicho jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por plataforma de tus pies? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y, ¿a cuál de los ángeles dijo jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? |
Así dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que humille a tus enemigos poniéndolos por estrado de tus pies.
»“Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que haya puesto a tus enemigos bajo tus pies”.
David mismo, hablando por el Espíritu Santo, dijo: “El Señor dijo a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’ ”.
Y a esos enemigos míos que no querían que yo fuera su rey, tráiganlos aquí y mátenlos delante de mí”».
David mismo dice esto en el libro de los Salmos: »“El Señor le dijo a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha,
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, elevó los ojos al cielo y contempló la gloria de Dios y a Jesús a la derecha de Dios.
Él es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de su ser y el que sostiene el universo con su palabra poderosa. Y después de haber realizado la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de Dios en el cielo.
Josué les dijo a los capitanes que pusieran sus pies sobre el cuello de los reyes.
Y el que no estaba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.